domingo, 25 de mayo de 2025

Orfeon Gagarin & The Supermoon Orchestra, el encuentro crepuscular del pseudo pop mutante y el vals astrodinámico

Cada vez que estoy en Roses y contemplo las crepusculares puestas de sol en su imponente bahía, no puedo más que acordarme de un a músico que ambientaba esos momentos desde la terraza del cocktail bar en el Hotel Mar y Sol a principios de los ochenta. Simplemente con su órgano y caja de ritmos conseguía amenizar a los clientes recorriendo los consabidos hits internacionales en una mezcla de lounge music y pseudo pop, un término acuñado por Asmus Tietchens para sus fosforescentes discos en Sky Records que en esos momentos uno no podía olvidar y cuya sonoridad (atribuida a la Das Zeitzeichen Orchester) no estaba en muchos momentos nada alejada de este músico anónimo que evidentemente, eso sí, estaba más cerca de propuestas como las que Waldo de Los Ríos ejercía con su cuarteto en las boites de la Costa del Sol con el repertorio que luego incluiría en su disco España Electrodinámica. Pues bien, este término de pseudo pop es recogido por el sello Geometrik para el lanzamiento del último disco de Miguel A. Ruiz bajo su seudónimo más habitual de Orfeon Gagarin esta vez acompañada por la Supermoon Orchestra.

Decir que varios de los ocho temas que componen el disco son de lo más contagioso que ha producido Miguel Ángel, por ejemplo Revestimiento Tántrico es absolutamente irresistible con la caja de ritmos CR-78 cobrando protagonismo desde el principio combinada con las tonalidades de órgano. Lo hace sin apenas tratamientos, casi siguiendo el patrón original de su momento de fabricación en los setenta, más cercanas a pequeños combos orquestales o estrafalarias celebraciones religiosas que al uso posterior en el campo del tecno pop. Otro instrumento de gran protagonismo en el disco es el vocoder también popularizado en los setenta aunque en la presentación del disco hace un guiño a sus orígenes más arcaicos como era era el Voder Mod. 1936 tocado junto al ritmocomputor y magnestóforo por el misterioso Sebastian Ventraly. Las otras voces que aparecen de fondo parecen salidas de un escape de Los Estudios Cinematográficos Chamartín o del Centro de Comunicación  del Espacio Profundo de Madrid (Robledo de Chavela). Esta amalgama de un mundo idílico y amenazante es reforzada por la portada de Adamo Dimitriadis quien ya lo hizo también en su disco Dekatron III publicado también por Geometrik sello siempre atento al quehacer de Miguel A. Ruiz, una especie de lo que fue Melódiya para los sintetistas soviéticos.

Para acabar una ilustración literaria de un imaginario encuentro de easy listening jazz y electrónica o lo que se vino a llamar "nuevos conceptos de sonido" desde las páginas del libro de Rolf Strehl Die Roboter Sind Unter Uns publicado en 1956 que sirvió de inspiración a la cassette que el propio Miguel A. Ruiz compuso junto a Héctor Hernández con el título de Han llegado los robots editada por Toracic Tapes en 1989:

MÚSICA DE JAZZ EN EL "DANCING-ROBOT-ETABLISSEMENT"

Al propietario de un balneario de Flandes le costó el despido de su orquesta la friolera de un millón de francos belgas, pues tal fué el desembolso que tuvo que hacer como "honorarios especiales" de su atracción más reciente: tres intérpretes de jazz acorazados de aluminio que se levantan espectralmente, hinchan las mejillas, giran con arrobo sus ojos al ritmo sincopado, mueven cada uno sus dedos para servirse de sus instrumentos -guitarra, tambor y trombón- y se inclinan al final, como músicos "de veras". Uno de los robots más artísticos y célebres fue Televox, construcción del ingeniero suizo Wendling. Unos años antes de la última guerra exhibió su robot  (cuyo complicado interior era dirigido por una emisora de rayos lumínicos colocada a unos metros de distancia) en los tablados de variedades de Europa.


                                    La maquinaria electro orquestal de Orfeon Gagarin

    Los nuevos conceptos de sonido amenizando las salas de estar norteamericanas y españolas

Luis Estrella, uno de los músicos prácticamente anónimos que al igual que el que citaba en un cocktail bar de Roses pululaban por nuestra geografía costera, valía de todo desde Bee Gees a Manuel de Falla.


                                                              Miguel A. Ruiz en directo

Una actuación de Orfeon Gagarin en el mítico Radar Bar de Madrid recuperada este año en Toracic


domingo, 11 de mayo de 2025

David Thomas: Chris, Lindsay and I will always in Madrid. Crónica de su concierto en el Rock-Ola, 1983



                                             Chris Cutler, David Thomas y Lindsay Cooper


No tiene este espacio vocación de obituario, pero las sucesivas pérdidas de gente a la que uno ha admirado irremediablemente llevan a ello. Es el caso de David Thomas el imponente cantante de Pere Ubu quien renunció en su juventud a un posible futuro en el campo de la microbiología a transformarse en Crocus Behemoth y apasionarse por la marginalidad del rock más energético y de allí al avant garage y proto punk que surgía en Cleveland. De toda esa época recogida en el excepcional EP Datapanik in the Yerar Zero pensaba hacer una crónica que sirviera para indagar en toda esa época marcada por los singles previos a su primer Lp The Modern Dance, mientras tanto como una experiencia personal me gustaría rescatar a continuación la semblanza que hice sobre su actuación como David Thomas & The Pedestrians en la Sala Rock-Ola de Madrid en 1983 en la que se incluye unas memorias suyas sobre el evento en que recoge un ambiente poco afín a su propuesta que en esos momentos estaba más ligada a los circuitos habituales de Recommended Records que a la más rock de Pere Ubu que acababa de abandonar por un tiempo. Así pues esta es la entrada de 2014 que coincidía con su actuación en la Sala Apolo de Barcelona:


En 1983  tuve el privilegio de entrevistar a David Thomas para Radio PICA junto a Anton Ignorant y Francisco Felipe en los camerinos del Rock-Ola madrileño, pocos días antes lo habíamos hecho con Steven Brown de Tuxedomon en una desaparecida cafetería del Paseo Recoletos tras su concierto en el Centro Villa de Madrid. La condición que nos indicó el manager es que no le preguntáramos nada acerca de su acercamiento a los Testigos de Jehová, así lo hicimos obteniendo meditadas y serias repuestas alternadas con graciosos acudidos, un humor patafísico que también había llevado momentos antes al escenario junto a Lindsay Cooper. Destacar lo que supone un concierto solo de voz más vientos (faltaba la batería de Chris Cutler), en el ambiente  de una fiesta del sello Dro con formaciones básicamente nuevaoleras. Ha sido toda una sorpresa que David Thomas, rememorando a Lindsay Coooper, recuerde en Ubu Projex este concierto aunque extraña que incluya en él a Chris Cutler que como mencionaba no estaba en el concierto, quizás si lo estuviera en el segundo que hizo en la misma sala:

"Lindsay Cooper was a tough old bird. There are testimonials galore to her talent. The most significant is the body of her work. But, at a certain level of the masonic Brotherhood of the Unknown, talent is a given. 'Yeah, that was a great performance but that's what you're paid to do.' Deeper within the Order is a quality that endures and speaks to the heart. Lindsay was a tough old bird.

In the mid 80s, I had a trio that probably went by various names, mostly David Thomas and the Pedestrians. It was me, Lindsay and Chris Cutler. Voice, bassoon/sax, and drums. It was a surprisingly good listen, but far from conventional.

We were booked to play in Madrid two nights. It turned out to be a disco. The doors would open only after all the bars shut. The first night, we waited in a narrow 'dressing room' that was filthy beyond words. The flooring was sticky way past the point of being adhesive. Roaches and unidentifiable insects ran riot. Any time your eye rested on a spot on the wall, or floor, it moved. The smell was unique. The support was a Spanish cliche-punk band. The air compressed with every ill-timed foot drum beat. The audience had achieved a uniform post-drunkenness before we stepped on stage. We did the show, manfully enduring, manfully excelling, manfully uncompromised. It hurt bad. In the 'dressing room' afterwards someone said, "We get to do this all over again tomorrow."


The promoter swore up and down that the support band for the second night is much more "simpatico." Very simpatico. He kept saying it. We arrive as the support is finishing sound check. There are twelve of them on stage. The music is 80s Euro-pop of the worst kind. They are all made up to look like Adolph Hitler.

So, when I think of Lindsay, I remember Madrid. She was one for the trenches. You could count on her when the going got rough. Her art endured through the pain.

Chris, Lindsay and I will always have Madrid."



De todo este ambiente evento que tan bien rememora David Thomas es de destacar el single de regalo del Aviador Dro con el tema Rusos S.A. que más bien representa la antesala de Esplendor Geométrico, tecno de garaje que parecía sacado de algún combo de Akron o Düsseldorf.


Lamentablemente la entrevista está por ahora perdida pero no así gran parte del concierto que puede grabar de una manera rudimentaria para mi programa Los Silencios de la Radio.

                                 
                                Cartel del concierto. Fuente Ricardo Aldarondo


David Thomas años más tarde en Madrid (Experimentaclub 2006). Fuente: Javier Piñango