jueves, 14 de junio de 2012

FERNANDO PESSOA, SONIDOS DEL DESASOSIEGO


Un hálito de música o de sueño, algo que haga casi sentir, algo que haga no pensar.


El silencio que emana del sonido de la lluvia se extiende, es un crescendo de monotonía cenicienta, por la calle estrecha que observo.


Me creé eco y abismo, pensando. Me multipliqué profundizándome. El mínimo episodio -una alteración saliendo de la luz, la caída enrollada de una hoja seca, el pétalo que amarillo se desprende, la voz del otro lado del muro con los pasos del dueño de la voz junto a los que de quien debe escucharla, el portal entreabierto de la finca vieja,el patio dando acceso con un arco a las casas aglomeradas a la luz de la luna- todas estas cosas, que no me pertenecen, me aseguran la meditación sensible con lazos de resonancia y de saudade.


(Storm)
Sobra silencio oscuro lividamente. A su manera, cerca, entre el errar extraño y rápido de los carros, un camión truena-eco ridículo, mecánico, de lo que es realidad en la distancia próxima al cielo.
De nuevo, sin previo aviso, chorrea luz magnética, pestañeando. Golpea el corazón un breve trago. Se quiebra una redoma en las alturas, en grandes astillazos de cúpula. Un lienzo nuevo de mala lluvia agrede el ruido del suelo.



¡Qué mañana esta pena! ¿Y qué sombras de alejan? ¿Y qué misterios ocurrieron? Nada: el ruido del primer tranvía como un fósforo que va a iluminar la oscuridad del alma, y los pasos sonoros de mi primer transeúnte que son la realidad concreta diciéndome, con voz de amigo, que no esté así.





El sueño es el análisis lento de las sensaciones, ya sea usado como una ciencia atómica del alma, ya sea dormido como una música de la voluntad, anagrama lento de la monotonía.


Ese lugar activo de sensaciones, mi alma, pasea a veces conmigo conscientemente por las calles nocturnas de la ciudad, en las horas tediosas en que me siento un sueño entre sueños de otra especie, a la luz del gas, entre el ruido transitorio de los vehículos.
Fragmentos verbales de envidia, de lujuria, de trivialidad van a chocar contra mi sentido del oído. Susurrados murmullos ondulan hasta mi conciencia.


Cuando vine por primera vez a Lisboa, había en el piso de arriba del nuestro una música de piano tocada con escalas, aprendizaje monótono de una niña a la que nunca llegué a ver. Hoy descubro, por vías de infiltración que desconozco, que tengo todavía en las bodegas del alma. audibles si allá abajo alguien abre la puerta, las escalas repetidas al teclado de la niña, hoy señora diferente o muerta y encerrada en un lugar blanco donde verdean los cipreses.


Primero es un ruido que reproduce otro ruido, en la concavidad nocturna de las cosas. Después es un aullido vago, acompañado de un oscilar arrastrado de los letreros de la calle. Más tarde se hace de pronto un alto rugiente del espacio, y todo se estremece, y no oscila, y hay silencio en el miedo de todo esto como un miedo sordo que ve otro miedo ya pasado.


Cantaba con una voz muy suave, una canción de un país remoto. La música tornaba familiares las palabras desconocidas. Parecía un fado para el alma, pero no tenía con él el menor parecido.
La canción decía, por las palabras veladas y la melodía humana, cosas que están en el alma de todos y que nadie conoce. Él cantaba con una especie de soñolencia, ignorando con la mirada a los oyentes, en un pequeño éxtasis callejero.


Lisboa por Eli Latar

Hasta aquí una selección de extractos del Libro del Desasosiego de Fernando Pessoa, en que el sonido, el silencio, lo audible casi imperceptible y la música casi somnolienta, se impregnan en el mundo de Pessoa a través de un ambiente de tedio e indiferencia bajo un continuo desiderátum de aislamiento. Para narrarlo utiliza como es frecuente en su obra un heterónimo en este caso Bernardo Soares a quien conoce en un pequeño restaurante y comparten su interés en la revista Orpheu, que contaba de hecho con Pessoa como colaborador.

Para finalizar una ilustración musical en la plataforma en red de Disquiet, que recientemente ha recopilado unos temas de sonidos de Lisboa, LX(RMX) reconstruídos e inspirados en otro de los heterónimos de Pessoa como es Alvaro de Campos y que cuenta con otros de Steve Roden, Pedro Tudela o Robin Rimbaud. Años atrás el manipulador y ensayista sonoro Brandon LaBelle también hizo un trabajo en cassette basado en el Libro del Desasosiego.




domingo, 3 de junio de 2012

GRAMOFONÍA LÚDICA


Siguiendo la estela de la anterior entrada del mundo del disco como objeto muchas veces de deseo, reseñar la exposición Gramofonía Lúdica que ha tenido lugar hasta hoy en el Museu del Juguet de Figueres, en la que se muestra una singular colección de discos del músico Anki Toner, que tiene como fundamental característica la relación de los discos con los juegos o también al revés, de hecho viendo la exposición varias veces te cuestionas que es primero y una de las muestras 20.0000 Leagues Under The Sea te desafía preguntándote en la portada si es un libro, un disco o un libro.

Un elemento obvio del disco que es redondo y que gira ha potenciado para mucha gente ingenio para aprovechar su rotación al máximo, como pueden ser los discos ruleta o los discos con surcos paralelos, todo un mundo de ilusión en el que también se adentra los juegos de adivinar que suena, un ejercicio de fantasía y nostalgia en que uno no puede olvidar paralelismos como los sobres sorpresa o los discos promocionales como los de Fundador.

Es curioso como ultimamente la memorabilia del coleccionismo discográfico ha llegado a museos como el Macba, algo insólito ya que muchas veces los estilos musicales de estos discos se apartaban del "buen gusto" quedando relegado sobre todo en Estados Unidos a pequeños museos de lo desconocido, extraño o insólito. La obtención de ellos es cada vez más costosa como puede ser esa maravilla de los minidiscos de muñeca que editaron el grupo alemán Die Tödliche Doris y que ojalá algún día acabe en esta colección.

Lamento no haber podido poner a tiempo esta entrada para la gente que quisiera visitar la exposición pero en este enlace de Gramofonía Lúdica podréis ver muchas más fotos y comentarios de Anki Toner aparte de muchas actividades y descargas de su música, muchas veces marcadas por su interés en la atracción y manipulación del disco, muy emparentado a gente como Christian Marclay o Boyd Rice en sus primeras grabaciones.