jueves, 19 de octubre de 2023

Philip Lamantia. Las máquinas solares registran los cultos sonidos de los poetas



De singular relevancia se puede considerar la aparición hace unos meses de una selección de poemas en dos volúmenes del poeta norteamericano Philip Lamantia a cargo de Varasek Ediciones. Salvo en la Antología de la Beat Generation que apareció en España en 1970 no había ninguna traducción de su obra que para esta ocasión ha contado con Vicenç Quera, responsable también de su selección, quien presentó el libro en la madrileña librería Enclave junto a dos miembros del Grupo Surrealista de Madrid. Esta última presencia da idea que la fragancia literaria de su autor está en gran sintonía con esa corriente artística que desde muy joven rastreaba en publicaciones como la revista View. Este mundo onírico vino precedido por lo que el llamaba "fantasías del misterio", algo que le transmitían medios como las películas o la radio sobre lo que posteriormente escribió en su ensayo Radio Voices: A Child's Bed of Sirens.

La música sería otra de sus grandes pasiones desde que Paul Bowles le introdujera al jazz moderno y el bebop coincidiendo con toda la comunidad beatnik que como en el caso de Jack Kerouac consideraba a este "el sonido de la noche"o en el caso de William Burroughs "pura cocaína metálica". Jazz, misticismo y marihuana era un camino hacia el éxtasis asentados en lugares con un halo de tinieblas y marginalidad, como se puede apreciar en su poema Luz Hipodérmica:

Viejo tras el espasmo de medianoche
la gramola aguarda el caballo
música de alrededor de medianoche
me peino el pelo bop
listo para cocinar
¡Júpiter gime!
heroínas de despertar visionario a la luz de Bird y el Libro de la salida al día
el cerebro espiritual de la pipa inverna junto al Nilo
vieja aguja hipodérmica bajo el pie de Anubis
Madre Muerte
Estoy en la barca de Ra Set
¡Soy Osiris cazando estrellas su cola negra del sol!
Es el fin de las medianoches bop melancólicas y tristes.

El poema insinúa el disco de Miles Davis Round About Midnight cuyo primer tema era Round Midnight de Thelonius Monk y también el pálpito por la mitología egipcia compartido por la cineasta Maya Deren en cuyo film At Land aparece junto a ella  caminando por un incierto lugar en que a continuación se transforma en la figura de John Cage.

Como ocurrió a otros representantes de la generación beat, la zona internacional de Tánger sería un punto de deriva y encuentro que se simultaneaba con viajes a Europa, en especial París, donde Lawrence Ferlinghetti le ofrece la posibilidad de publicar en City Lights, algo que se concretaría en su posterior residencia en España hacia mitad de los sesenta en la localidad de Nerja tras una estancia más breve en Segovia. Mis ancestros en ese lugar me animan a plasmar uno de sus versos escritos allí:

Una y otra vez el crepúsculo del Canto desde las llanuras de Segovia
levanta el vuelo con el que las deidades mueven los prismas del deseo
¡la copa que se traga la espada, las varas que agitan las estrellas!

Por último, me gustaría destacar que en su regreso a San Francisco en los años 70 el se interesó por toda la vigorosa vorágine punk del lugar, en gran medida guiado por V. Vale editor por entonces de Search&Destroy y posteriormente RE/Search quien trabajaba en la tienda y editorial City Lights junto a Nancy Joyce Peters esposa del escritor. Allí también podía encontrarse en sitios como el club Mabuhay Gardens a un antiguo colaborador como Bruce Conner filmando o fotografiando ese ambiente en cierta manera transmutado en su marginalidad en el tiempo a la de lugares como el night club Black Hawk, lugar de encuentro para todos los incondicionales del jazz más serpenteante de los años cincuenta.

                                                                                                            

                Ejemplares de las revistas View y VVV con contenidos surrealistas



                                       

Philip Lamantia (arriba) con 17 años en el film At Land (1944) de Maya Deren en el que luego es sustituido por John Cage (abajo)

La Six Gallery de San Francisco en 1955, lugar clave de la creación artística de la ciudad

                                                            The Black Hawk night club


 Collage de Bruce Conner para la portada del libro de Philip Lamantia Destroyed Works 





                                      
Escupemetralla Cold Grey Void, título extraído de un verso de Kosmos de Philip Lamantia



Coil tocando en Moscú Blood on The Air, otro poema de Philip Lamantia




viernes, 6 de octubre de 2023

Toronto's Subterranean Modern. Bunny & The Lakers



Sorprende que en la interminable tendencia de los últimos años a recuperar material antiguo de formaciones a cual más obscura y subterránea no se haya recuperado el único disco que la formación canadiense Bunny & The Lakers editó en 1979 con el título de Numbers. Conocí la existencia de este disco a través de la entrevista que Jean Pierre Turmel de Sordide Sentimental concedió para el libro Industrial Culture Handbook. En ella, al final hace un listado de favoritas oscuras formaciones a partir de 1976 encabezadas por esta formación y el single Raw War, un trabajo conjunto de los agitadores artísticos Amerigo Marras y Bruce Eves con el grupo punk The Diodes también registrado en Toronto. Tuve que esperar bastantes años para poder oír en internet ambos discos y de paso comprobar su altísima cotización.

Bunny and the Lakers estaba liderado por su teclista Peter Morgan en cuyos contactos precedentes al disco podemos encontrar a Jeff Plewman más conocido como Nash the Slash y el artista visual Vincent Tangredi. Una de las dos voces femeninas corresponde a G.B Jones (futura integrante del grupo Fifth Column, editora de publicaciones "queercore" y cineasta) y en ella se pueden encontrar rastros de las canciones populares canadienses que cantaba de pequeña, estas arropadas por vetustas cajas de ritmo y unos teclados melódicos paro también brumosos le llevan al oyente a visitar night clubs terminales como los que aparecen en el Vileness Fats de los Residents o el que  irradia a Lady in the Radiator cantando In Heaven en Eraserhead; cuando añaden instrumentación rock irremediablemente te viene Faust a la cabeza. La realidad es que solo actuaron en una ocasión y su existencia fue efímera. La debilidad de Sordide Sentimental por ellos igual les podía haber recalado en ese sello de culto e incluso la línea del disco estaba en total sintonía con el sello Ata Tak de Der Plan, cuyo primer disco Geri Reig publicado ese mismo año, tiene muchos paralelismos, también en la relación de sus entornos de punk y arte de vanguardia como El CEAC de Toronto repleto esos años de acciones de lo más transgresoras.


Jeff Plewman (Nash The Slash)

                                                     Visual de Vincent Tangredi

Amerigo Marras&Bruces Eves. Portada del single Raw/War.

                                                          Body art en el CEAC de Toronto