miércoles, 27 de julio de 2022

Jacques Lasry, de director orquestal en el Festival de Eurovisión a la cronofagia cinética





De las muchas historias sombrías en torno a la OTAN hay una sorprendente que sí se pudo verificar al descalificarse unos documentos de la organización en 2015 y que daban cuenta del plan de cohesionar los países europeos con valores comunes a través de la música, no se trataba ya de hacerlo con bandas de música militar sino con canciones con destacado acompañamiento orquestal en una línea similar a lo que ya era el Festival de San Remo. Esta idea se había de llamar Festival Musical de la Alianza Atlántica y se iba a desarrollar en su primera edición en la localidad suiza de Lugano aunque al final se optó por reorientar la idea y cambiar el nombre como Eurovision Grand Prix.

El festival contó en esa edición con solo siete participantes de mayoría francófona y uno de ellos Luxemburgo hizo una singular elección para buscar a su representante la cantante francesa Michèle Arnaud habitual de los cabarets literarios parisinos frecuentados por figuras como Leo Ferré, Serge Gainsbourg o por Jacques Lasry, un músico cercano a los círculos de vanguardia musical que sería elegido para dirigir en el festival la orquesta poco después de que lo hiciera Paul Mauriat. Todo un desafío para alguien que un año antes, tras un encuentro con François Baschet y posteriormente su hermano Larry decideran crear el cuarteto Stuctures Sonores Lasry- Baschet en el que desarrollarían una música surgida de las vibraciones de esculturas de cristal. Con esta propuesta decidieron llegar no solo a círculos de música de vanguardia, sino también a otros canales más populares como pudo ser el Ed Sullivan Show ante una audiencia norteamericana algunos de los cuales podrían conocer propuestas cercanas como Harry Bertoia o Harry Partch. Este tipo de audiencias se quedaba intrigada ante estos tonos misteriosos y cósmicos, siendo además cubiertos por medios como la revista Life o reclamados por Jean Cocteau para recrear su película Le testament d' Orphée.

De los registros efectuados por Jacques Lasry merece especial atención Chronophagie, grabado en este periodo, sin embargo no fue editado hasta 1968 casi coincidiendo con su retiro a Israel. Este disco fue una absoluta revelación para el músico y performer californiano John Duncan cuando lo descubrió en su época universitaria en los años setenta. Añadir que su hijo Teddy Lasry también tuvo una interesante trayectoria que le llevó incluso a ser parte de alguna de las formaciones de Magma. 

François Baschet con su guitarra hinchable poco antes de concocer a Jacques Lasry

                                                      Jacques Lasry y su mujer Yvonne

    Les Structures Sonores Lasry-Baschet. Foto publicada por la revista Life




domingo, 10 de julio de 2022

Detrás del azul. Cumbre y abismos de la OTAN con fondos de Juan Genovés y Laibach


                                                     Detrás del azul. Juan Genovés 1967
 

La pasada cumbre de la OTAN en Madrid tuvo uno de sus momentos álgidos en la cena celebrada en el Museo del Prado, su extraña retransmisión en streaming nos permitió ver una reveladora simbiosis entre sus mandatarios y las obras maestras allí expuestas llenas de personajes rodeados de caprichos alegóricos, divinidades y armaduras. Cada uno las miraba a su aire con una expresión de distensión que al menos difería de sus habituales sonrisas dignas de presentadores de Eurovision que preceden a encuentros en que se han tratado resoluciones a veces de consecuencias trascendentes, cuando no dolorosas. Todo ello gracias al habitual retraso de la comitiva norteamericana que llevó a Joe Biden a traspasar la puerta por donde se entran los cuadros donde les esperaba Javier Solana, secretario general de la OTAN entre 1995 y 1999, actual presidente del Patronato del Museo del Prado e instigador de este evento al que Peio H. Riaño describe con ingenio en un artículo "es una figura diplomática que se ha relacionado a lo largo de su carrera profesional con la cultura y la cultura de la seguridad".

El Museo Reina Sofía tuvo que hacer pocos días antes ese relevo de la cultura por la cultura de la seguridad al tener que cerrar las salas para albergar la visita da las y los consortes de los mandatarios para visitarlo y hacerse una foto ante el "Guernica", un acto que ya tuvo sus protestas previas y posteriores como la petición de la artista peruana Daniela Ortiz a que se retire su obra expuesta allí escandalizada por el uso del Guernica que tiene un pasado de "agitar" conciencias como la que llevó al general Colin Powell a ordenar taparlo con una cortina azul poco antes de la invasión de Irak. En ese momento el cuadro era una reproducción, pues el original ya se había trasladado a España donde tras unos años se instaló definitivamente en el Museo Reina Sofía en 1992 en plena escalada de la Guerra de Yugoslavia. No deja de ser significativo que el penúltimo disco de Laibach sea un directo en el museo con el cuadro modificado como fondo, un hecho que tiene su origen en la exposición que allí se celebró sobre el colectivo al que la banda pertenece NSK ( Neue Slowenische Kunst) con el título de Kapital al Capital, un hito de la década final de Yugoslavia, período en que la banda grabó su disco NATO, total premonición del que la organización iba a tener en la guerra como la tuvieron hace dos escasos años con Putin y los confictos históricos y geo estratégicos de la antigua Unión Soviética.

Menos difundido, el tercer lugar expositivo de cuadros para rodear la cumbre ha sido el Recinto Ferial Ifema a donde se ordenó llevar desde el Reina Sofía un cuadro tan emblemático de su colección como es "El Mundo" de Ángeles Santos y "El Abrazo" de Juan Genovés que estuvo cuarenta años invisible en los sótanos del museo hasta que se llevó al Congreso de Diputados. En varias fotos se ha podido ver al presidente español y al secretario general de la OTAN admirando el cuadro como antesala a una reunión, un hecho ante el cual el pintor valenciano fallecido hace dos años seguramente cuando menos le habría incomodado habida cuenta de que toda su genial trayectoria artística ha tenido unas connotaciones de denuncia y manipulación de masas  que parecen correr aterrorizadas y desorientadas ante el complejo militar industrial que les mira desde arriba. Sus imágenes fueron utilizadas en las portadas del disco Silencio del singular cantautor Adolfo Celdrán publicado en 1972 donde su versión del Bella Ciao fue prohibida por el franquismo para ser radiada. El grupo escocés Dog Faced Hermans también incluía este tema en su repertorio marcado por un anarco punk con tintes de improvisación y experimentación muy influenciados en sus inicios por el belicismo y la amenaza nuclear, su también admiración por Juan Genovés les llevó a que su disco Humans Fly/Every Day Time Bomb tuviera como portada su cuadro de los años 60 "De la confusión y la crueldad sin sentido de la guerra", un título de absoluta vigencia en nuestros días.

    Pedro Sánchez y Jens Stoltenberg ante el cuadro de Juan Genovés El Abrazo



                                   
Dos cuadros de Juan Genovés: arriba Narración (1968), abajo M-133 Ideograma (1971)

Concierto y recreación de Laibach en el Museo Reina Sofía de Madrid en 2017 publicado el pasado año




A Test of Violence (1969) Corto de Stuart Cooper acerca del trabajo de Juan Genovés