jueves, 27 de septiembre de 2012

LARA ALMARCEGUI Madrid Subterráneo



En el Madrid gris de la posguerra, es sorprendente como se pudo celebrar en 1948 el Congreso Internacional de Urbanismo Subterráneo, como alternativa a la ya incipiente saturación en la superficie; no sabemos sus resultados pero es curioso como treinta años después el subsuelo de Azca lleno de aparcamientos bares y discotecas parece materializar esos proyectos, que siempre han gozado de un gran imaginario, de hecho en el cine cuatro años antes Edgar Neville filmaría en La Torre de los Jorobados una ciudad subterránea ubicada debajo de la Plaza de la Paja.

Todos estos datos lo podemos encontrar en el muy recomendable libro Madrid Subterraneo de Lara Almarcegui, complemento de la exposición en el CA2M Centro de Arte Dos de Mayo, donde nos guía por lo que hay debajo de nuestros pies: aguas subterráneas, alcantarillados, metro, túneles singulares, pasadizos subterráneos, carreteras enterradas, estructuras militares, búnkeres, sótanos, cámaras acorazadas, criptas, restos arqueológicos y evidentemente pasadizos secretos que unían palacetes de amantes con conventos.

La obra de Lara Almarcegui se centra en la guía de descampados o islas urbanas amenazados por mega proyectos arquitectónicos y de diseño que cada vez más anulan desgraciadamente estos espacios, como pudo ser la añorada Avenida de la Luz en Barcelona.



                               Tres ilustraciones del libro


                          El metro como refugio


                          Sótanos de conspiradores: La Torre de los Jorobados y La Ballena
                          Alegre del Café Lyon


                                     

miércoles, 19 de septiembre de 2012

MICHAEL PRIME Sonidos orgánicos


A principios de los años ochenta en el Instituto de Cibernética de Barcelona pude experimentar con diferentes transladores de bioactividad con señales lumínicas y acústicas, cuya respuesta estaba en clara correspondencia con mi estado anímico. Allí pude ver un documental localizado en Estados Unidos sobre experimentos de diferentes plantas conectadas a parecidos instrumentos y como reaccionaban ante diferentes estímulos ambientales y de personas hasta tal punto que fueron utilizadas en un juicio para ver como reaccionaban ante diferentes sospechosos. Gran parte de estos estudios correspondieron al neuroanatomista Harold S Burr, cuyos trabajos de biolectrodinámica influyeron a Michael Prime, uno de los integrantes del colectivo de improvisación londinense Morphogenesis. En 1994 Michael Prime editó el cd Aquifers de sonidos ambientales cuya utilización de sonidos de agua le puede emparentar a Michael Redolfi, aunque sus filtros de bio-feedback le lleva a territorios más obscuros como es Francisco Lopez, otro ecologista del sonido aunque no empleando exactamente las mismas técnicas.

Nada mejor como leer las siguientes lineas escritas por el propio Prime para entender su disco: In my music, I try to bring together sounds from a variety of enviromental sources into a performance space, particularly sounds which ordinarily would not be audible...traffic sound may be filtered so that it resembles the sound of surf, while actual sea sounds may be transported to conjure up images of an interstellar dust storm...I am especially interested in organic sounds sources, such as plants, fungi and the human nervous system...Short-wave signals interpenetrate our bodies at all times, and provide a vast musical resource...Many of the characteristics effects of electronic music (such as ring modulation, filtering, phase-shifting and electronic drone-textures) were first heard in the interaction of early radio broadcast with the earth's magnetic layer. Perhaps Gaia was the first composer of electronic music...At a given location, plants, fungi, animals and humans could be used to drive sound sculptures, and receivers could be tuned to radio, gamma and cosmic rays...live musical interactions in a new ecology of sound. (Extraído del libro Ocean of Sound de David Toop).




Rotifers by Michael Prime on Grooveshark
Imágenes del disco Aquifers y uno de sus temas Rotifers grabado en algunos de sus momentos en Catalunya. Para cerrar una actuación en la localidad irlandesa de Cork en donde también mostró una instalación.





martes, 11 de septiembre de 2012

MARUJA MALLO - Verbenas de osamentas





Sobre el suelo agrietado se levanta una aureola de escombros; en esos panoramas desoladores la presencia del hombre aparece en las huellas, en los trajes, en los esqueletos y en los muertos. Esta presencia humana de realidad fantasmal, que surge en medio del torbellino de las basuras, está integrada a las piedras sacudidas, a los espacios cubiertos de ceniza, a las superficies inundadas por el légamo, habitada por los vegetales más ásperos y explorada por los animales más agresivos.

Palabras de la pintora Maruja Mallo en la época de su serie Cloacas y Campanarios a finales de los años veinte en el Madrid de los cafés literarios, donde se reunían todas las vanguardias en tertulias como la Sagrada Cripta en el Pombo en el que Maruja arremetía contra la Mafia Santa y los putrefactos, una serie pictórica que poco después deslumbraría ya en París a André Breton, hasta tal punto de adquirir Espantapájaros una de sus mejores obras, que hace pocos años se subastó entre toda su colección por una cifra descomunal, este hecho y la adquisición de otra de sus pinturas por Madonna quizá le ha dado de una mayor proyección internacional que hasta ahora apenas tenía, pese al reciente libro sobre ella de la nortemericana Shirley Mangini.




Sin embargo posiblemente su mayor logro sea su propio personaje lleno de modernidad, excentricidad y provocación que le hizo jugar con el disfraz y el travestismo como Marcel Duchamp o con perturbadoras fotografías semblantes a Claude Cahun, de hecho su auto promoción le llevó incluso a fotografiarse con Andy Warhol poco antes de morir. De esta serie de fotos incluyo a continuación todas las que se hizo en el pueblo madrileño de Cercedilla, concretamente en las vías muertas del tren que parte para Navacerrada, me atrevo a concretar el sitio pues de pequeño paseé varios veranos justo en frente del lugar, que por la noche adquiría el enigmático ambiente de las estaciones abandonadas de Paul Delvaux.