martes, 17 de abril de 2018

Albert Alcoz Resonancias fílmicas, el sonido en el cine estructural



En la reciente estancia en Madrid P. Adams Sitney, uno de los mayores estudiosos e historiadores del cine de vanguardia norteamericano, quería comprobar si era cierto como le habían comentado algunos allegados, que España era en estos momentos uno de los países donde más interés hay por el cine de vanguardia, algo que le sorprendía habida cuenta que en una anterior visita en 1968 nos relata como la guardia civil llegó a revisar una película de Stan Brackhage que duraba cinco horas. Sitney está en el origen de diferentes etiquetas con que ha sido tildado parte de cine como son el visionario o el estructural, este último tiene una gran relación con la creación sonora y efectivamente como dice el escritor norteamericano en esta país han habido importantes estudiosos y difusores en esta ámbito como han sido Eugeni Bonet, Juan Antonio Suarez o más recientemente Albert Alcoz artífice entre otras cosas de Visionary Film un blog de obligada visita a todo explorador de celuloides casi invisibles y del libro que nos ocupa Resonancias fílmicas, el sonido en el cine estructural (1960-1981) publicado el pasado año por Shangrila Ediciones.

El campo de estudio del libro se centra en cuatro conceptos como son el ruido, la voz, la repetición y el paisaje sonoro. Para ello ha prescindido de cineastas que se han movido en estos terrenos pero que tienen una gran bibliografía como son el caso de Peter Kubelka, Michael Snow o Tony Conrad. Tampoco se referencia apenas a Michael Chion pues pese a que sus estudios del sonido en el cine son altamente interesantes, estos se han centrado en el cine de ficción o narrativo más que en el experimental. En concreto los cineastas representados en el libro son: Kurt Kren, Steve Farrer, Guy Sherwin, Hollis Frampton, Paul Sharits, Morgan Fisher, Bill Brand, J.J. Murphy, Larry Gottheim, William Raban, Chris Welsby, Paul Winkler y Chris Galagher.

Todos estos realizadores han unido al celuloide unas sonoridades alejadas de los tratamientos convencionales del cine narrativo cuyos resultados les emparenta a estilos de experimentación sonora como la música concreta, atonal, minimalista o electrónica que más de uno recordará basaba la idea de la colección Cinéma pour l'oreille del sello Metamkine. El arquetipo del sonido homogeneo que acompaña la imagen narrativa aquí es pulverizado, como bien dice Alcoz, por "un naturalismo acústico, azaroso, ruidoso, ambiguo y contradictorio". Trabajos que realzan la especificidad fílmica, el grano de la imagen, el fotograma fotoquímico del celuloide y el material físico de la película tanto si es el terreno de la experimentación sónica como en la búsqueda de la agresión respecto a la capacidad auditiva del espectador, subvirtiendo en muchos casos las tecnologías de grabación, apenas utilizando magnetófonos o micrófonos sustituyéndolos por imaginativos procesos trabajados sobre la propia emulsión.

                                                   Kurt Kren, 3/60 Baüme im Herbst

                                                    Guy Sherwin, Musical Stairs

                                               River Yar, William Raban y Chris Welsby

                                             Four Shadows. Elective Affinities, Larry Gottheim

                                              Horizons. Elective Affinities, Larry Gottheim

                                                            Serene velocity, Ernie Gehr

                                                                         Morgan Fisher

                                                                         Paul Sharits







martes, 3 de abril de 2018

La cadencia envolvente de Camino al Desván




Acaba de editarse por el sello La Olla Express la cuarta entrega de la colección Barcelona Documentos Musicales que en esta ocasión tiene como protagonistas al dúo Camino al Desván, su obra realizada básicamente en formato de cassette entre 1983 y 1986 era practicamente inencontrable. A través de este doble cd podemos escuchar todas sus grabaciones e incluso algún tema inédito, todo ello completado con un libreto interior con texto acertadísimo de Germán Lázaro quien desde su añorado blog Overlook Hotel ya reveló su admiración al redescubrir sus grabaciones.

Volver a escuchar de nuevo Camino al Desván me provoca la misma añoranza que en su momento me ofrecía, añadida a una percepción etérea y volátil de temporalidad. Pese a conocer a sus dos miembros Lole García y Jordi Cabayol con cuyos grupos respectivos Logotipo y Entr'acte nuestro grupo Xeerox compartía locales de ensayo en la calle Horta y viéndoles tocar allí a menudo, sus inmediatas primeras composiciones ya como dúo tenían un sorprendente componente propio en que se entremezclaban brillantemente tonalidades de un brumoso romanticismo junto a un cotidiano ámbito doméstico a lo que no era ajeno la presencia de gatos ronroneando a los altavoces o mirando fijamente alguna presencia solo por ellos percibida. Es curioso, Lole me recordaba mucho físicamente a Danielle Dax y su grupo Lemmon Kittens tenía mucha concomitancia con Entr'acte.

Estas  grabaciones fueron agrupadas en su primera cassette "581" y poco después Violines y Trompetas por el sello Ortega y Cassette que Lole, Ángel Lalinde y yo creamos contagiados por la accesibilidad y dinamismo de este medio que nos permitía un intercambio y distribución me atrevería a decir mayor que hoy en día, solo había que ver lo repleto que estaba siempre la cajetilla del apartado de correos.  De estos contactos uno no puede olvidar las visitas de Thies Kohn artífice de Willkürakt con quien acudimos a un encuentro de John Cage en Cadaqués o Axel Kyrou de Vox Populi quien congenió especialmente con Jordi Guber cuyos grupos (junto a Frank Palomo) Líneas Aereas y Metropakt también ensayaban en los locales de Horta. Mencionar que Lole tuvo un fugaz ofrecimiento de integrarse en Líneas Aéreas que no llegó a materializarse aunque uno guarde un recuerdo imborrable de verlos juntos tocando a cuatro manos en el órgano Farfisa de ella una versión perfecta del Komet Melodie de Kraftwerk. En la instrumentación de Camino al Desván este instrumento tuvo una destacada presencia con unos sostenidos vibratos que unidos a la guitarra, saxo y violín de Jordi Cabayol les daba una sonoridad propia con paralelismos a formaciones como Cluster o Tuxedomoon y que les distanciaba un tanto de música industrial habitual en el contexto de la cassette culture pese haber participado en recopilatorios tan extremos como Katacombe o de distribuir las cassettes de las live actions de Whitehouse y reeditar en el propio sello trabajos de Esplendor Geométrico o La Otra Cara de un Jardín. El equipamiento sonoro estaba completado por un sintetizador Korg MS-20 y una caja de ritmos de fabricación casera.

Mencionar la inclusión de otros músicos como Jesús Melcón en Violines y Trompetas y Carlos Luis ex miembro de Entr'acte al piano cuyo contraste y cromatismo sonoro es como sugiere Germán Lázaro en el libreto de "un tono triste y azulado". Esta impronta la puede uno encontrar especialmente en el tema La Escarcha (uno de los tres que el grupo registró en la recopilación de Discos Esplendor Geométrico junto a Avant Dernières Pensées, Melodinámika Sensor y 32 Guajar's Faragüit) una miniatura de poco más de un minuto que al oírla en los Estudios Sonitec de la calle Gomis donde se grabó el disco me arrebató para siempre y que fue luego incluida de nuevo en su última cassette que recogía su única actuación en directo de 1986 en el Transformadors, punto final de su trayectoria.












Juntarnos amigos para oír música en nuestras casas era algo habitual en los músicos que nos movíamos por la zona de Horta en los primeros ochenta: la propia, la que nos mandaban grupos afines o nuestros discos de cabecera. En este caso la muestra reproduce la que podría sonar en el primer domicilio de Camino al Desván en la calle Comalada y sirvió para ambientar la presentación de su cd por La Olla Express en la Gran Bodega Saltó del Poble Sec.