miércoles, 21 de octubre de 2020

Javier Hernando - Jardín Náufrago, el estanque olvidado que susurra


    Javier Hernando , Jardín Náufrago. Imágen portada, Ángel Lalinde

Permítanme a seguidores habituales y ocasionales de este espacio que en esta ocasión hable de mí mismo a raíz de la aparición de mi último trabajo Jardín Náufrago publicado en forma de cd por el sello barcelonés La Olla Expréss. Todo un honor estar en una editora que cuenta con gente muy admirada por mí como Pierre Bastien, Eduardo Polonio, Macromassa o músicos con quien incluso he compartido local en los principios de mi trayectoria como Camino al Desván o su próximo lanzamiento a cargo del proyecto Gonza Magilla del antiguo miembro de Entr'acte Juanjo Sánchez, todo ello bajo la dirección de Eli Gras llena de entusiasmo y rigor.

Como primer apunte señalar que Jardín Náufrago es quizá uno de los trabajos más harmónicos que he compuesto, no fue premeditado, echando la vista atrás veo un influjo de arranque a la lectura de un libro de poemas del poeta y músico ocasional austriaco Hugo Von Hofmannstahl que me regaló mi pareja Azucena y casi simultaneamente el volúmen dedicado al San Francisco Tape Music Center que originó una entrada en este blog dedicada a uno de sus fundadores Ramón Sender con el que contacté poco después. Este hecho me animó a quizá plantearle alguna posibilidad de colaboración si no en el aspecto musical que sería muy atrevido por mi parte sí en la parte visual con algunos de sus trabajos que se me antojaban parejos, algo que tampoco hice al final acudiendo a un colaborador habitual como es Ángel Lalinde. Suelo grabar y componer después del tiempo que le dedico a la lectura a principio de la tarde y pese al cada vez mayor distanciamiento de la realidad circundante en que te inhibes en esos momentos, los tonos monocordes vaporosamente melódicos o las sutiles envolventes rítmicas confluyen horizontalmente hacia un espacio donde el sosiego no está exento de tensión y revelación, ese puede ser el jardín náufrago, como escribe Von Hofmannstahl el estanque olvidado que susurra.

Subrayar también que estos estados de ensimismamiento suelen llevar a desarrollos muy largos ejecutados con gran destreza con gente como Terry Riley al quien Jesús Brotons apunta con tino en la nota de prensa como posible influencia en este disco, sin embargo la larga duración de muchos de los temas decidí acortarlos e incluso modificarlos para darle casi un contorno de canción algo que podría emparentar a parte del trabajo que hice en la mitad de los ochenta en la última época de Melodinámika Sensor y que al día de hoy permanece en gran parte inédito.

El pasado fin de semana el programa radiofónico Institute of Spectra Sonic Sound emitido desde la KEPW de Eugene en Oregón prácticamente estrenó el disco emitiendo por la noche el tema Noctiluca, la bioluminiscencia nocturna del estanque y la tenue reverberación del Pacífico cercano, un poco más al norte Port Radium en la orilla del Great Bear Lake lugar que no conocía de su existencia pese a que instintivamente titulé un tema con su nombre. Revelaciones y presagios de hidromancia.



                                                                 Foto: Azucena de Yngunza




martes, 6 de octubre de 2020

Kippenberger y Beuys, canciones de taberna errante





Durante 1988 el pueblo sevillano de Carmona contó entre sus habitantes al artista alemán Martin Kippenberger, allí cambió los hábitos de los clubs nocutrnos de su país por la taberna andaluza representada por ejemplo en uno de sus cuadros más famosos Laterne en Betrunkene (Lámpara de calle para borrachos) que puede apreciarse al inicio de esta entrada. Este es uno de sus periodos más fértiles centrados sobre todo en una serie de autorretratos algunos de los cuales llegarían a subastarse por veinte millones de dólares después de su muerte a los 44 años, algo de todo impensable en sus primeros escarceos artísticos ligados con el mundo musical más aguerrido de la "Geniale Dilettanten" y punk berlinés cuyo local emblemático el SO36 llegó a ser incluso a ser dirigido por él.

En el año 2011 los periódicos sacaron con indisimulado aire socarrón la noticia de que una limpiadora de un museo de Dortmund había destruido una obra de arte firmada por él asegurada en 800.000 euros al retirar la base de corcho que aguantaba unas manchas de madera, la obra se llamaba"Cuando los tejados comienzan a gotear" y  el hecho recordaba a otro incidente años antes también en otro museo alemán cuando la obra "Fettecke" de Joseph Beuys consistente en motas de una mantequilla sobre una superficie fue destruida al pasarle el trapo por otra limpiadora. La confusión del arte por la basura.

No es solo estos incidentes lo que emparentan a ambos artistas, una obra de Beuys sirvió como cartel promocional de SO36 mientras Kippenberger dirigía el club que originaría un sello efímero con el mismo nombre, su única referencia es el fugaz grupo que tuvo con Christine Hahn llamado Luxus con claras referencias al moviemiento artístico originado en la Alemania de la década anterior cuya irreverencia no exenta de diversión anticipan, sino el estilo, la actitud de los llamados nuevos salvajes alemanes, una interacción social con gran huida de la coherencia artística como son las grabaciones musicales que Kippeberger se autoeditó con una imagen de crooner, entre ellas una versión estrambótica del Ja Ja Ja Nee Nee Nee de Joseph Beuys quien a su vez con "Sonne statt Reagan"enlaza la denuncia política con el jolglorio de pop de taberna.

                                 Interior del disco Ja Ja Ja Ne Ne Ne de Joseph Beuys. 1970


                                             Portada del disco de Luxus editado por SO36

                    Cartel de Joseph Beuys utilizado en un evento del SO36 en 1979

No es una acción Fluxus sino el aspecto final del SO36 tras un concierto de festival Berlín Atonal de 1982