lunes, 30 de noviembre de 2015

Nietzsche y el influjo de Turín, mórbida y exultante



La ilustración que encabeza esta entrada pertenece al libro La Inmensa Soledad de Frédéric Pajak, uno de los dibujos que componen este ensayo gráfico que gira sobre dos figuras como  Friedrich Nietzsche y  Cesare Pavese que aparentemente poco tienen que ver, sin embargo ambos pasaron unos años decisivos en la ciudad de Turín, disfrutando el primero de los paseos por los bulevares elegantes y sobrios, los grandes soportales, las rectas calles que parecen desembocar en los Alpes o los distinguidos cafés que Pavese cambia por posadas de suburbios donde en palabras de él "el vino solo sabe a bruma"y paseos vagabundeando por barrios industriales. El azar nos ha querido llevar en una visita reciente a alojarnos en Hotel Roma el lugar donde se suicidó con 42 años, Nietzsche con dos años más perdió la razón a diez minutos de aquí junto a su casa en Vía Carlo Alberto, Pajak sintetiza perfectamente el momento:

"Friedrich Nietzsche sale de su casa. En la estación de coches, ve (o cree ver) un pobre caballo maltratado con saña por su cochero. De pronto se abalanza sobre el cuello del animal y lo abraza llorando, antes de derrumbarse, presa de un ataque de aplopejía.
Su casero, Davide Fino, lo recoge en la calle y consigue llevárselo a casa. Nietszche permanece inmóvil y mudo, tumbado durante horas y horas en el canapé.
Durante los días que siguen, se lanza sobre el piano. Y lo que sale por la ventana de la pequeña habitación es música que podríamos calificar con propiedad de "espantosa". Gritos, cánticos y los más variados monólogos funestos se mezclan con los acordes arrastrados y disonantes.
Nietzche tiene cuarenta y cuatro años. Está definitivamente loco."

En el dibujo podemos ver la Iglesia de la Gran  Madre di Dio, donde se dice que en su cúpula el dragón del Apocalipsis plantará sus garras el día del juicio final, Nietzsche que acabó el manuscrito de El Anticristo en Turín paseaba casi a diario por delante de esta subyugante edificación. La iglesia católica llamó a Turín la ciudad del demonio en la época de Risorgimento y posteriormente fue señalada por algunos como parte del triángulo de magia negra junto a Londres y San Francisco. Dario Argento capturó perfectamente estos ambientes surgidos de inquietantes espacios físicos y arquitectónicos que de nuevo altera la vida de un pianista (representado por David Hemmings) al contemplar la muerte de una medium.








                             Ilustraciones del libro L'Immense solitude de Frédéric Pajak


                            Dos momentos del film Profondo Rosso dirigida por Dario Argento


Jim Morrison emulando los delirios grotescos de Nietzsche al piano tras su parálisis cerebral.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Legendarias noches del Bataclan



Imágenes extraídas tras la legendaria reunión de Lou Reed, John Cale y Nico para el concierto que ofrecieron en la sala Bataclan de París en 1972, la primera vez que se les podía ver juntos tras la ruptura de Velvet Underground; en la misma filmación podemos ver las impresiones a la salida del concierto de varios periodistas musicales como Paul Alessandrini o Yves Adrien. Este concierto abriría en la sala una década prodigiosa de actuaciones que dejarían gran impacto a los antes citados y en general al publico parisino, algunas de ellas: New York Dolls, Captain Beefheart o Red Crayola, la mejor época del rock alemán representados por Kraftwerk, Can, Ash Ra Temple o los primeros conciertos de la oleada punk con carteles tan atractivos como Wire teloneados por los franco-españoles Guilty Razors o Pere Ubu junto a Taxi Girl.

El brutal y doloroso atentado que ha sufrido la sala ha sumido a París en un ambiente de agitación y resistencia que parecían presagiar los collages del colectivo Bazooka o los textos de Maurice Dantec, un habitual del Bataclan (el concierto de Kraftwerk presentando Autobahn siempre lo ha citado como una epifanía) que sin embargo provocó una gran polémica al anunciar que dejaba Francia ante la escalada de islamización que estaba sufriendo el país. Asistimos a días de convulsión, políticas mezquinas y oscuras que bien podrían ambientar Wars of Islam o Maladia Europa, dos temas de SPK surgidos poco después de que Graeme Ravell residiera en la capital francesa.

Espero que todo este espíritu e ilusión de las noches del Bataclan, del Gibus o el Palace y de locales más recientes vuelva a restablecerse.

                                       Kraftwerk ejecutando Autobahh. París Bataclan 1975



Crónica del concierto de New York Dolls en el Bataclan con texto de Oriol Llopis y fotos de Ian Mercader. Vibraciones 1978




jueves, 5 de noviembre de 2015

Archie Patterson Eurock



Gracias a la mediación de Eli Gras he tenido el placer de conocer personalmente a Archie Patterson, alguien con quien tuve contacto a finales de los años setenta a través de la revista Eurock en la cual apareció mi dirección de contacto, este hecho motivó el recibir un montón de lanzamientos y optar por abrir un apartado de correos donde uno acudía siempre con esa ilusión de abrir la cajetilla y sorprenderte con su contenido entre los cuales encontrabas muchos de los herméticos grupos que aparecían en los anuncios de diferentes tiendas especializadas en el NME.

Archie Patterson tuvo la suerte de presenciar desde su residencia californiana de Fresno todo el flujo creativo que se exponía regularmente en el Fillmore West de San Francisco alternándose con movilizaciones contra la guerra y el descubrimiento de otras constestaciones más sónicas como la Velvet o los Stooges en la tienda local de Lighting Co. Todo este contagio musical es expuesto en 1971 desde un programa de radio que posteriormente se llamaría Alien Soundtracks, título de un disco de Chrome una formación que sintetiza perfectamente toda esas sinergias y que aparecería en uno de los primeros números de Eurock, cuyos futuros contenidos irían evolucionando hacia diferentes escenas europeas como la alemana, escandinava o francesa. La revista se ha ido editando hasta 2013 y en los últimos años en formato de libro, cuya última entrega es el muy recomendable Music&the Second Culture Crash.

La información se convierte en interacción y Archie Patterson a través de Paradox  distribuye gran parte del material expuesto al igual que comienza su labor de edición, una fórmula y línea muy paralela a la que desde París efectuaba Gérard Nguyen con la revista Atem. De esta misma época destacar también su implicación junto a Georgio Gomelsky en la organización del Zu Concert (New York 1978) con un cartel explosivo que reunía a Daevid Allen, Chris Cutler, Fred Frith, Glenn Branca/Theoretical Girls entre otros.



               Tres portadas de Eurock efectuadas por Torger Hougen del grupo Mnemonist.





                   Avant garde estelar francesa: Richar Pinhas, Ilitch, La Fondation y D.D.A.A.


Una de las primeras coberturas exteriores de Macromassa coincidiendo con su presentación en el Festival  Rock in Opposition de Reims (1980).

Entrevista a Conrad Schnitzler en el número 16 de Eurock (1980). Mucho más tarde en 2008 el músico alemán respondería a una entrevista para un podcast con tratamientos vocales de manera muy similar a la que anteriormente había enviado a Andrés Noarbe en los tiempos de sus dos lps. en Discos Esplendor Geométrico.