Aún es posible ver la retrospectiva que el Centro de Arte Santa Mónica ha dedicado a Chema Alvargonzalez bajo el título de Mehr Licht (Más Luz), una gran oportunidad de conocer la obra de este fantástico artista jerezano que pese a formarse en Barcelona, fué su llegada a Berlín poco después de la caída del muro, la que condicionó en gran parte su obra posterior. La capital alemana sería origen y testigo de una obra en donde lo transitorio a veces casi imperceptible es captada por Chema con grandes dosis de poesía ante un predecible colapso urbano.
En 1994 tuve el placer de colaborar con él en la ilustración sonora para la exposición Temps de Pas, una instalación en un edificio desocupado frente a la Galería Carles Taché de Barcelona, donde los transúntes se quedaban descolocados ante la luminiscencia azul de la destartalada portería y los sonidos que de cantos de ballenas emergían del balcón superior decorado con dos estatuas carácter casi helénico. José Lebrero Stals plasmó perfectamente el ambiente en estas líneas:
Las verticales de las casas hablan palabras ausentes. Cree que le miran y se detiene. Un zumbido extraño que viene de ese portal cerrado perturba el ritmo de la ruidosa orquesta de la calle. Imagina saber donde se encuentra. Las rendijas del imponente portalón de hierro forjado que cierra la entrada de la casa invitan la mirada: azul que desprende y absorbe. Luz intensa y hueca para un glorioso siglo de crisis. El interior modulado pero vacío; los balcones rellenos de electricidad pero despellejados de vida. Tiempo suspendido.
Quién quiera profundizar más en su obra nada mejor que acudir a esta reciente web en la que Chema aún pervive.
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