Su cabeza se dobló y sus brazos cayeron rotos a lo largo de su cuerpo. La música iba apagándose hasta hasta adquirir una debilidad inverosímil.
Sus pensamiento le condujeron a la música y entonces se apercibió de que realmente sonaba dentro del local una música que nunca había oído. Un mendigo, sentado en una silla al lado de la puerta, tocaba un violín colocado verticalmente entre su barbilla y sus rodillas y , simultaneamente, hacía sonar una armónica que su mano izquierda pasaba ante su boca. La confusa sonoridad que surgía de esa mezcla tenía algo de maravilloso, a pesar de su de desafinación y de su monotonía. No se podía afirmar que alegrara el ánimo, pero tampoco lo entristecía. Facilitaba la entrada a un mundo de sublime indiferencia.
Los párrafos anteriores corresponden a dos extractos del libro Nebiros de Juan Eduardo Cirlot, recientemente editado tras haber permanecido inédito desde que su autor lo escribiera en 1950. Un paseo nocturno de su protagonista en una deriva por una ciudad portuaria, no nombrada, pero que claramente adivinamos como el Barrio Chino de una Barcelona gris y alucinada que lleva a continuas disquisiciones del protagonista consigo mismo durante toda la noche vagando por tabernas y prostíbulos creando un clima nihilista y maléfico que bien podía emparentarse con la "literatura del mal" de George Bataille o "las fronteras infernales de la poesía" de José Bergamín.
El manuscrito del libro fue masacrado por la censura con estos inverosímiles argumentos: Libro fatalista, saturado de contradicciones y pesimismo, cuyo protagonista -un imaginativo sexual, tímido y sin fe-, después de un largo paseo por los prostíbulos de su ciudad , en el que se le ocurren los más paradójicos y peregrinos comentarios, llega a la escéptica conclusión de que toda ansia de superación y mejora espiritual es inútil. Era tal la cantidad de páginas censuradas que Cirlot decidió no editarlo y guardarlo en su cuarto de armarios.
Xavier Miserach. Tranvía de noche
Foto de Josep Brangulí
Fotos Josep Gaspar i Serra
Foto de Bert Hardy
Foto: Francesc Català i Roca
Los Secretos del Infierno y Magia Sexual, dos libros encontrados por el protagonista en mercados de libros viejos.
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