miércoles, 9 de diciembre de 2020

Conrad Schnitzler, los años del Paragon Studio




Descubrí a Conrad Schnitzler en 1978, no en ninguna revista especializada de música electrónica o experimental sino en la muchas veces sorprendente Popular 1, concretamente en la sección de novedades discográficas que venían en el centro de la revista cubriendo el póster desplegable, el disco en cuestión era Con originalmente editado por el sello francés Egg, tuvo una inmediata distribución en España a cargo de Movieplay junto a otros lanzamientos de su colección como Tim Blake. Incomprensiblemente se ignoró el fantástico Stand By de Heldon. Después de los de Kraftwerk era el primer disco de música electrónica que me compraba atraído además por la portada ultramoderna que le singularizaba de muchas de la época de ese estilo y también por las diferentes fotos de la contraportada agrupadas como Intermedia-Life-Action en la que Schnitzler aparece con un look no muy alejado del glamuroso futurista que presentaba Klaus Nomi. Curiosamente el recuerdo de su escucha lo tengo más presente cuando lo ponía en la tienda de Gay&Co y muy especialmente en un momento que catalogando novedades accidentalmente este sonó cruzándose con un disco anodino de jazz funk de Steve Kahn que estaba en el otro plato adquiriendo otra dimensión sin duda más excitante; este descubrimiento lo amplíe a otros discos, un acto de diversión que sin embargo reconozco se alejaba del penetrable sonido sintético, unas veces estático otras oscilante.

Poco después encontré ya mucha más información sobre él desde las páginas de Eurock con una entrevista que le había hecho David Elliott, allí contaba entre otras muchas cosas la buena relación que tenía con Peter Baumann (pese a que este ocupara su plaza en Tangerine Dream) y que originó su entrada en los Paragon Studios de Berlín, allí llegaba en bicicleta con un pequeño Korg, un secuenciador y su inseparable EMS vcs3, instrumentos que marcan gran parte de su ya anterior década discográfica y que vuelven a estar allí presentes aunque la producción de Baumann los atenúe con tratamientos de modulación de anillo y harmonizadores y por la incursión de algún sintetizador propio al que Conrad le añade un toque de "echo-rhythm" originando Ballet Statique quizá el tema más recordado de este disco hasta el punto que muchos lo recuerdan con este nombre. Sin duda los Paragon Studios tendrían una atmósfera idónea de trabajo, coincidiendo con estas sesiones Cluster grababan Grosses Wasser, luego también pasarían el propio Roedelius, Asmus Tietchens y  Conrad Schnitzler grabaría allí otros discos como Consequenz, Con 3, el maxi Auf Dem Schwarzen Kanal y ya en 1982 con el mismo formato el proyecto Berlín Express en la que Peter Baumann se implicaría incluso como coautor poco antes de que decidiera trasladar los estudios a Estados Unidos.

La edición del disco Berlín Express es su primer y único lanzamiento a cargo de una compañía grande como era el caso de RCA que le obligaba a unos actos de promoción que rapidamente desestimó, está claro que el sello no conocía las singulares acciones de promoción de su música que le llevaba a interactuar con los peatones en la calle ya sea con su casco altavoz o con los reproductores de cassette apegados a su cuerpo como ocurrió en el Ars Electrónica de Linz en 1980 en el exterior del teatro donde Klaus Schulze estaba haciendo un concierto con un pantalla gigante y gran despliegue tecnológico. Muy marcado por Joseph Beuys, con quién estudió, las actuaciones de Schnitzler son más bien acciones en que traslada su pequeño estudio presentándolo casi como una escultura en lugares tan diversos como el berlinés Café Einstein, un ascensor en París o de nuevo interactuando con el público en la Neue Galerie de Aachen, un vídeo grabado allí permite verlo con la misma indumentaria que la contraportada de Con. Este vídeo inédito durante mucho tiempo puede verlo gracias al envío de una cinta que le mandó a Andrés Noarbe en la que también habían muchos otros a raíz de los intercambios previos a la edición en 1986 en Discos Esplendor Geométrico del disco Consequenz 2 a la que seguiría al año siguiente Congratulation. Desde entonces gran cantidad de la producción de Conrad Schnitzler, que se acrecentó después de su fallecimiento, no podía faltar en el catálogo de Rotor incluyendo las recientes reediciones que el sello Bureau ha realizado de todo este período aquí expuesto.









                Portadas de tres de los discos grbados en los Paragon Studios de Berlín



                                           
Dos acciones de Conrad Schnitzler, arriba en las calles de Linz (1979), debajo en París (1980)

                                          Musik mit dem publikum, Neue Galerie Aachen


3 comentarios:

  1. Un tiempo con una atmósfera que reflejaba la libertad creativa que caracteriza a los periodos estacionados entre cambios de orientación. Yo particularmente,y habiéndola vivido de lejos, echo hoy de menos algo de las formas de esa época y todo lo que representó.

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    1. Totalmente de acuerdo Jaime, a veces pienso que uno puede ser reiterativo revindicando este tiempo creativo ante seguidores mucho más jóvenes pero las formas de hoy idealizadas en la expansión e inmediatez están saturando tanto que cuesta encontrar rastros a seguir.

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  2. Si. Parece uno sin pretenderlo un nostálgico acomodaticio de tiempos pasados, pero el actual culto a la apariencia y el escaso interés por el contenido de muchas propuestas hacen re currir, en ocasiones, a inmersiones en el pasado. Pero soy optimista, sigo descubriendo cosas apasionantes.

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