Desde la antigüedad la locura se ha intentado curar con danzas en canciones para mitigar una enfermedad que se creía que era una posesión del diablo y en la actualidad la musicoterapia ha llegado también a los hospitales mentales, siendo su efecto más interesante los efectos vibracionales en el cuerpo. Graeme Ravell que trabajaba de enfermero en un Hospital Psiquiátrico de Sidney bautizó su grup SPK como referencia al colectivo de pacientes de Heidelberg Sozialistisches Patientenkollektiv, cuya máxima era que la locura existía por el sistema capitalista. Poco antes del concierto de Sant Boi, The Cramps efectuaron uno similar en el Napa State Mental Hospital en que igualmente la audiencia vibraba ante el poder de la diversión y la sustitución del orden diario. Igualmente cercano en el tiempo los californianos Screamers lo hicieron en el Camarillo State Mental Hospital donde los pacientes creían que los músicos eran internos también.
Volviendo a Ultimo Resorte decir que recientemente ha aparecido en disco la maqueta que poco después (1980) grabaron y que constituye para mí su momento más brillante a lo que nos es ajeno la potente guitarra de Jordi Guber en lo que fue su primera experiencia musical antes de su deriva electrónica (Lineas Aéreas, Metropakt, Velodrome).
En la foto de arriba Juanito, Silvia y Miguel antes del concierto. En la de abajo una instantánea del concierto con los miembros de Xeerox bajo el escenario.
Dependencias del Hospital Psiquiátrico de Sant Boi
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