Frank Garvey es conocido hoy en día sobretodo por ser el principal miembro del Omnicircus Robotic Theater Ensamble, una formación que ha hecho de la tecnología obsoleta seres antropomórficos con trasfondos de necrofilia y surrealismo, heredederos del Goya mas obscuro y del teatro de la crueldad algo que evidentemente les emparenta con otros robomaniobristas como Survival Research Labortatories o Chico Macmurtrie, todos curiosamente afincados en San Francisco en lo que la ensayista Donna Haraway citaba como demonología de la tecnología.
Menos documentado incluso por la propia página de la formación es que el origen de Omnicircus radica en un sensacional disco que Frank Garvey autoeditó con este nombre en 1979, un disco de música industrial en una época en que este término tenía una connotación más ambiental del que marcó la siguiente época y que anticipa la línea casi inmediata de sellos como Aeon o poco después el Armagedon de Maurizio Bianchi. Tanto este disco como su anterior lamentablemente son hoy en día de difícil localización y el extracto que ofrezco es de un intercambio de cassettes en esa época con otro seguidor como yo de la revista Eurock.
Aprovechar esta entrada para destacar la figura de su padre John Garvey que llegó a colaborar estrechamente con Harry Partch, en el siguiente enlace podeis profundizar más sobre el y también encontrar los muy ilustradores manifiestos Robotic and Synthetic Performance, steps toward a culture of liberation.
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