Dios ha decidido que lo inexplicado de su creación serían esas dos cosas: la muerte y la homosexualidad.
Marguerite Duras
Han pasado tres semanas del brutal linchamiento a Juan Andrés Benítez por los mossos d'esquadra que le provocaron su muerte en la calle Aurora de El Raval y todo su entorno seguimos consternados con dolor y estupefacción ante tan grave hecho. Alertado por unas imágenes que vió mi pareja en televisión, al día siguiente acudí a las tiendas donde una vecina anciana, que estaba preocupada por el paradero de su perro Pepe, me confirmó que el fallecido era él, mientras tanto nadie de su familia había recibido ninguna comunicación de los mossos, práctica que luego hemos sabido es habitual en ellos en una multitud de casos.
El homicidio de Juan Andrés ha sido precedido por otras reveladoras actuaciones de la policía autonómica en el Raval, como la interrupción de un acto de la comunidad LGBT donde pidieron la identificación a los asistentes y otro en la calle Robadors donde dieron una brutal paliza a un músico que simplemente pidió explicaciones a su entrada, atropellos a la ciudadanía que parecen sacadas de los tiempos de las redadas de la ley de vagos y maleantes. Lamentablemente estos hechos gozaron de total impunidad y es horroroso pensar que algunos pudieran estar entre los ocho policías que intervinieron en la muerte de Juan Andrés, como se han podido ver en las terribles imágenes que tanto impacto han causado en la opinión pública, pero que por lo visto no son suficientes para destituir a su director gracias al apoyo de ERC, un peligroso signo de una Catalunya cada vez represiva en el orden público que unido a lo regresivo en áreas sociales o de cultura da un panorama preocupante. Tampoco al alcalde le parece un hecho para intervenir, allá él, solo advertirle que la marca "gay friendly" de Barcelona puede quedar internacionalmente pulverizada por lo acontecido y lejos van a quedar los días que gente como Jean Genet o Marc Almond quedaron cautivados por Barcelona, llegando incluso a vivir en ella precisamente en El Raval, bueno entonces Barrio Chino.
Me gustaría añadir algo más sobre la gran inquietud y sensibilidad que me mostró Juan Andrés en conversaciones sobre algunos de sus grupos favoritos como Cabaret Voltaire o Scritti Politti, su intención de volver a hacer de d.j., algo que hizo dos veces hace dos años, también a través de recuerdos de mi pareja que menciona emocionada su adolescencia en Sevilla cuando escenificban juntos en su casa momentos de Macbeth grabándolos en una cassette o poniéndose luego a dibujar a su admirado David Bowie. En los años ochenta se encargaría de locales nuevaoleros como el Lamentable o La Goleta que amenizaron noches sevillanas que pronto se le quedaron pequeñas y cambió por el Londres de los primeros noventa trabajando como dependiente en una tienda de Virgin Records y donde conoció a Ernie Mason posiblemente su pareja más querida que el vih le arrebató. El ambiente creativo, multicultural y lúdico es motivó la elección de el Raval como residencia en Barcelona en el 2002.
Las emociones contenidas de estas semanas, el círculo policial, la dispar información o no-información mediática y las dramáticas imágenes parecía estar sacado del más agitado cine alemán de los años setenta especialente de Fassbinder, pero esas historias uno nunca piensa que vaya a vivirlas, cuesta de creer que vayas en el metro y veas su foto en la portada de un periódico; quién iba a decirle a Juan Andrés que iba a ocupar tantas páginas y que la calle Consell de Cent se iba a quedar cortada a su paso por sus tiendas ante el multitudinario homenaje que le rindieron, él que tan celosamente guardaba su pequeña reseña en el Time Out londinense.
Esperando que se haga justicia, su memoria siempre pervivirá entre nosotros.
Juan Andrés Benitez en los primeros ochenta en Sevilla y varios de sus dibujos de esa época
Happy London days. Juan Andrés junto a Ernie Mason y dos dibujos de este último.
Recogimiento en su casa y un cuadro que ocupa un lugar destacado, El Angel Inacabado de Cheity Chinook.
Canciones que no podían faltar
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ResponderEliminarApreciado amigo en el alma del Ser: mi adorado primo Juan Andrés ha sido desencarnado -como bien expresas- de manera violenta. Puede que fuera su karma de hace cinco o diez encarnaciones, te aseguro que no de esta vida que acaban de arrebatarle brutal e ignominiosamente hace exactamente un mes y cinco días. Él permanece en un ámbito de oscuridad dónde los que desencarnan así van a parar, como bien dices, sin tiempo, porque este no existe en los parámetros ilimitados de LO QUE ES. Si ha de volver lo hará, pero si deseo con toda la fuerza de mi corazón QUE LOS NOMBRES DE LOS QUE LE HAN MATADO Y DE LOS QUE LOS TAPAN SEAN VISTOS Y OÍDOS POR TODOS, aquí y ahora. ASÍ SEA hecha justicia. Gracias.
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