martes, 8 de octubre de 2013

Ángeles Santos y...demonios


Pocos días después de rastrear en un viaje a la pintora Delhy Tejero me entero del fallecimiento de Ángeles Santos, la última representante viva de esa generación de mujeres que como Maruja Mallo o Remedios Varó, cuyos ojos visionarios y debilidad por la pérdida de gravedad les llevó inevitablemente a la órbita surrealista, al menos en sus momentos más brillantes.

Nacida en Port Bou en 1911, la condición de hija de un funcionario de aduanas le lleva a instalarse en su juventud en Valladolid donde comienza a pintar, siendo a los 17 años que completa Un Mundo, uno de los cuadros más sorprendentes del arte español del pasado siglo que nada más darse a conocer en el Salón de Otoño de Madrid originó un gran peregrinaje de artistas hacia su domicilio familiar para conocer semejante gran artefacto (320x340 cm) y qué según ella había pintado para mandar a Marte. En la parte inferior del lienzo de manera destacada vemos a unos seres un tanto alienígenas tocando instrumentos y alrededor toda las cosmología de la autora, como por ejemplo los trenes de la estación de Portbou, cuya estación internacional se construyó el mismo año que el cuadro.

Ángeles entra en un período de máxima inspiración, pinta obsesivamente entre lecturas de poesía y toca el piano, como consecuencia pocos meses después de Un Mundo llegaría Tertulia en un estilo muy cercano a Balthus. El ambiente que le rodea sin embargo le oprime hasta tal punto que escribe a Ramón Gomez de la Serna, con quien se relacionó más abiertamente, lo siguiente: "Esta tarde me marcho a un largo paseo, me bañaré en un río con los vestidos puestos, ¡qué contenta estoy de dejar este baño civilizado en bañeras blancas! y después me iré al campo, huyendo de que me quieran convertir en un animal casero. Lamentablemente el padre decide internarla en un sanatorio mental a cuya salida le siguió un período de inactividad y después de su matrimonio un desvío de su pintura hacia un mayor formalismo.

Ha muerto a los 101 años mientras dormía, pero su espíritu pervive en la Sala 207 del Museo Reina Sofía.

                                                                     Tertulia
                                   Construcción de la estación internacional de Portbou. 1929



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