Cerraba mi intervención en la pasada conferencia compartida Als límits de la Perifèria acerca de que el tejido cultural y musical de esta ciudad es mínimo si la gente no acude a las propuestas no oficialistas lejanas de los grandes centros culturales, propuestas no subvencionadas que requieren un gran esfuerzo si además añaden músicos foráneos. Este es el caso del ciclo de conciertos Ornament que a partir del día 28 de Marzo podremos encontrar principalmente en el Antic Forn de Vallcarca (calle Cambrils 10) gracias al sello Anòmia y en cuyo programa encontramos este revelador comentario:
ORNAMENT es un ciclo que nace teniendo como punto de partida la forma de entender la cultura en la actualidad. Las nuevas tecnologías han democratizado tanto su producción como el acceso a ella, generando la idea de una cultura que es producto consumible (y rentabilizable). Cuando todo indica que “cultura” y “consumo” son conceptos incompatibles. ¿Dónde queda el tiempo de la progresiva interiorización de la cultura, de su lenta sedimentación, en un paradigma que prescribe su consumo rápido y frívolo? ¿Dónde queda una cultura que no se preste al juego perverso del espectáculo y de la escena?
Creemos que a nivel local este cambio de paradigma ha afectado al tejido cultural de la ciudad, haciendo que ésta – ya de por sí dividida sectorialmente según los dictados de las tendencias – dé relevancia a propuestas escasamente interesantes en detrimento de aquéllas que sí tienen una entidad y un peso artístico específico, con la consiguiente caída cualitativa de las propias propuestas y de los criterios de selección de los promotores. Esta crítica constructiva resulta necesaria a la hora de reclamar actividades que nos permitan profundizar en aquellos proyectos que van quedando cada vez más arrinconados y que poco a poco van muriendo.
Ornament es un esfuerzo por recuperar el criterio con pocos medios. Es un punto de encuentro donde todas las partes implicadas, sin reclamar ningún tipo de reconocimiento ni de protagonismo, mediante el esfuerzo colectivo y anónimo aspiran en la medida de lo posible a incidir en la producción cultural de la ciudad, al margen de escenas y tendencias.
A medida que elaborábamos el ciclo, nos hemos ido encontrando con más y más dificultades. La actual crisis cultural y económica ha dejado a artistas y promotores independientes sin posibilidades de poder reunir las condiciones mínimas para desarrollar actividades que no formen parte de esta espiral lúdico-mercantil. De tal manera que encontrar estos espacios y recursos óptimos solo depende directa o indirectamente del capital.
Ornament no está subvencionado por ninguna organización ni con capital de ningún tipo, ni privado ni institucional. Nuestros medios son limitados y por desgracia nuestro poder de convocatoria también. Por ello, cualquier tipo de apoyo será infinitamente apreciado, ya sea en forma de difusión o de donativo.
Una opurtunidad única de ver lo que casi es una tercera generación de agrupaciones de música industrial, en algunos casos psicotrónica, herederas de los sonidos extremos de The Haters o The New Blockaders, en un lugar como el Antic Forn de Vallcarca donde desde hace un tiempo gracias al impulso del programa La Rebelión de los Antioxidantes se han programado una serie de conciertos de lo más interesante.
Por último recomendar al público que se dejen de llevar por el barrio de Vallcarca empezando por el puente, situado a pocos metros del metro y del lugar del concierto, el equivalente al viaducto de Madrid donde también se han producido difuminados suicidios o deambular arriba y abajo por sus pedregosas calles que han vivido la fantasmagoria de personajes como Cirlot o Schoenberg.
Grafismo de una grabación de Gordon Ashworth
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