domingo, 30 de marzo de 2025

Franco "Bifo" Berardi. De la insurrección creativa de Bolonia en 1977 a la inminente estampida





El último libro de Franco "Bifo" Berardi nos asoma a una perspectiva en que nos predispone ante la geopolítica del caos y la derrota del universalismo a resignarse y a que solo nos vale la ética de la deserción ante el futuro declive de occidente. Su título, Desertemos publicado por Prometeo Editorial. Como bien apunta los sujetos de la modernidad pensaron en el futuro como expansión y ese futuro se terminó. "Más o menos en algún momento de 1977 se comprendió que el futuro (el futuro del crecimiento, de la expansión) se había acabado. En páginas posteriores y centrándose en ese mismo año nos señala: "1977 es el año de esta separación en que lo impoluto y lo polvoriento hace su aparición en la música y cultura visual: es el punk y el experimentalismo new wave. Pero también, 1977 fue un año con dos caras. Por un lado, el año de los últimos levantamientos proletarios del siglo y al mismo tiempo Steve Wozniak y Steve Jacobs registraron la marca Apple. (...) El movimiento italiano del 77 lo había vociferado: la felicidad es subversiva cuando se hace colectiva. Pero lamentablemente en los años sucesivos, aprendimos a conocer el reverso de esa frase. Cuando la energía y solidaridad refluyen del horizonte colectivo, entonces la felicidad deviene imposible".

Berardi fue partícipe de todo el Movimiento del 77 que se desarrolló en Bolonia que a medida que se ha ido documentado en libros y exposiciones se hace más significativo su valía. Lo hizo sobre todo desde la creación de Radio Alice, todo un emblema de las radios libres italianas que influyeron de gran manera en la creación en Barcelona de Radio PICA en cuya programación por cierto años más tarde el miembro de Xeerox Mario Almonacid realizó en su programa Sueños de Piedra un monográfico sobre la creación combativa de esta ciudad por la que siempre estuvo muy interesado. También tuvimos algún contacto postal con algún componente de Skiantos, una mezcla de Floh De Cologne y The Tubes más retazos de punk estrambótico, quizás fueran los más conocidos junto a Gaznevada más cercanos en esos momentos a la no wave y muchos más grupos como Stupid Set o Confusional Quartet, todos ellos interconectados a colectivos artísticos como Traumfabrik. Las ramificaciones son muchísimas y los ecos llegaron fuera de las fronteras italianas como demuestra el lanzamiento del primer single de Scritti Politti Skank Bloc Bologna, todo un reclamo hacia la efervescente actividad de la ciudad.

Es remarcable que Franco Berardi en los ochenta alterna sus escritos tanto en una revista de pensamiento tan destacada como la norteamericana Semiotext (e) como en la italiana Música 80, una de las revistas más atentas a la modernidad musical más experimental que miraba al futuro. En este contexto conviene recordar todo un evento como fue el Festival Electra 1(Festival per I Fantasmi del Futuro) en la Manifattura Trabachi. El cartel contaba con los locales Gaznevada o Hi-Fi Bros más Bauhaus, Peter Gordon, DNA, Loungue Lizards y Chrome en una de sus escasísimas apariciones con Damon Edge. Como complemento una video instalación de Brian Eno y una selección de los Target Studio Studios de San Francisco.

Los escritos de Franco Berardi han sido citados y referenciados en los últimos años en muchos pensadores que diagnostican los síntomas de la biopolítica, esta unida a ficciones musicales le llevó Marc Fisher a apoderarse de una de las frases del italiano "la lenta cancelación del futuro" ante cuya aceleración solo nos queda contemplar lo que él define como pasaje neuroestético. Una extensión de estos escritos se pueden encontrar en dos trabajos musicales como Desert y Wrong Ninna Nanna donde su voz aparece acompaña por la música de Marco Bertoni y la voz de Bobby Gillespie a la que se añade en el segundo Lydia Lunch.

                                                               Miembros de Gaznevada

                                                     Scritti Politti Skank Bloc Bologna


                                                                        Radio Alice
                      

     Acción de John Cage coordinada por Oderso Rubini artífice del Festival Electra 1












domingo, 16 de marzo de 2025

Tres perversiones de D.A.F., Laibach y Holy Toy frente al rearme



Hace pocos días aparecía en diferentes medios una fotografía del secretario de estado norteamericano Marco Rubio con una cruz pintada sobre su frente coincidiendo con la celebración del Miércoles De Ceniza,  imagen sorprendente, una más de la vorágine que estamos teniendo desde la llegada de Trump al poder. Como respuesta, al día siguiente en la red X el filósofo, influyente en muchas ocasiones de Putin, Aleksandr Duguin aparecía orando en una iglesia ortodoxa. En este entresijo de religión y geopolítica entre una creencia atlantista frente a una euroasiática un dato llama la atención, la revelación del norteamericano en una entrevista de su debilidad por la música electrónica de baile de los años noventa y algo mucho más sorprendente el interés que hace algún tiempo Duguin mostró por Coil. El título de un trabajo de estos últimos Musik to play in the dark cobra relevancia.

En la actual escalada de rearme bueno sería recordar ejemplos de perversiones musicales hechas en la Europa Central de los años ochenta en que tendría un gran protagonismo una formación como D.A.F. siglas de Deutsch Amerikanische Freundschaft todo un malicioso guiño adaptado de la Amistad Germano Soviética en tiempos de la R.D.A, en el estribillo de su tema más conocido Der Mussolini Gabi Delgado cantaba jadeando Baila el Mussolini, Baila el Adolf Hitler, Baila el Jesucristo. El dúo fue señalado en alguna ocasión de fascista, nada más lejos, una acusación absurda que llevó a incidentes como el enfrentamiento entre seguidores de izquierda radical y ultraderecha en un concierto de Roma. Laibach también tuvieron que aguantar este gratuito encasillamiento especialmente en sus inicios y tuvieron que acallar bocas a raíz del lanzamiento de su disco Kapital, una recreación ingeniosa de los perfiles de la OTAN que cobraba especial relevancia en en sus conciertos en Moscú y otras países de la Europa del Este aunque hace dos años su concierto en Kiev fuera cancelado motivado por unas declaraciones sobre el origen real del conflicto pese a condenar el grupo de manera rotunda la invasión. 

En la limítrofe Polonia remontándonos a tiempos del general Jaruzelski en 1982 Holy Toy edita a través del sello noruego Uniton  su disco Warszawa en que su líder Andrej Dziubek Nebb cantaba el tema Wojtek, una tema que seleccioné entonces en más de una ocasión  en el programa Los Silencios de la Radio y que era el nombre un oso pardo que sirvió a la artillería polaca en la Segunda Guerra Mundial que tuvo un papel destacado junto a los aliados en la Batalla de Montecassino, siendo luego agasajado en Glasgow. Esperemos que el nuevo reclutamiento que proponen los dirigentes del país deje en paz el mundo animal.

Reflejos del ruido político y el heroísmo de apasionada intensidad.





domingo, 2 de marzo de 2025

discoTalgo de Javier Piñango, trayecto sonoro de ida y vuelta


El alma es la parte del carril que une la cabeza con el patín. Literalmente, los trenes circulan sobre un alma de acero. Quizás por ello locomotoras, vagones y coches estén tocados por ese aura especial que los hace cálidos, melancólicos, nostálgicos y fascinantes a pesar de sus facciones, en muchos casos, monstruosas. Ningún otro transporte es capaz de emocionar como lo hace un tren llegando a una estación. Imposible no atravesarlos con la mirada del niño que algún día fuimos y que Javier Piñango rescata para convertirla en un trayecto sonoro de Ida y Vuelta en este “discoTalgo”.

“discoTalgo” es un trabajo donde, por sus premisas, lo fácil sería recurrir a la repetición rítmica industrial, a lo puramente maquinal y a la imitación de patrones con el fin de crear lazos estéticos tan manidos como estériles. Desde ya, olvidemos esta idea. Sus casi 50 minutos de duración rezuman -ciertamente- acero, balasto, electricidad y gasoil, pero transformados en dos relatos emocionales, dos historias complementarias de un viaje personal desde y hacia los recuerdos instalados en la época dorada del ferrocarril español con los míticos Talgo como abanderados de la innovación.

David Area. Presentación a discoTalgo de Javier Piñango

La verdad es que no se me ocurre mejor presentación al último trabajo de Javier Piñango que el texto de introducción anterior de David Area, se nota su cercanía, no en vano han colaborado en varios proyectos incluido uno publicado en Gruppo Ungido sello editor también de este discoTalgo gestado a lo largo del pasado año. Una vez más Javier se centra en su sintetizador Korg MS 20, aunque en esta vez la manipulación de sus osciladores y filtros tienen un tono más contenido, la repetición o maquinismo que podría asociarse al viaje en tren queda más bien velada en favor de un mayor protagonismo de impulsos de sonoridad melancólica como incluso podría apreciarse en los títulos de los dos temas que lo componen: ida y vuelta.

El viaje en tren siempre ha sido inspirador para diferentes músicos  desde que ya hace más de un siglo se presentó Pacific 231, luego ya se sabe vino el Trans Europa Express de Kraftwerk y bueno sería recordar el Me voy a coger el Orient Express de Eduardo Polonio que está siendo homenajeado en una recopilación por Morada Sónica, pero quizás hay dos trabajos que precisamente por su tono melancólico y porque no decir casi espectral se acercan al trabajo de Javier, me refiero al Tren Fantasma de Chris Watson y el Ferrocarril Desvanescente de Rafael Anton Irisarri.

Soy de la misma quinta que Javier Piñango y comparto esta fascinación por el viaje en tren que ahora poco a poco voy recuperando. El repentino ruido al alcanzar un túnel, los avisos sonoros ante el paso de nivel, el rostro de uno reflejado en el cristal de la ventanilla con el paisaje fugaz de fondo o en un parón inesperado entre centenarias vías muertas. Los recuerdos más entrañables los situo en dos trenes nocturnos: el talgo que te transportaba desde Barcelona a la Gare d'Austerlitz en París y el expreso entre Barcelona y Madrid en especial el paso por el túnel de Torralba en tierras sorianas cuya salida coincidía con los primeros destellos del día que débilmente aparecían sobre los surcos de la tierra, nada mejor que apreciarlo desde el pasillo del tren solo o con alguna otra persona a veces esperanzada, a veces desvelada. Se me ocurre para ilustrar este gélido ambiente el poema Ferrocarril de Matallana de Antonio Gamoneda:

A las ocho del día en febrero aún es de noche

Subimos a este tren algunos hombres por motivos diversos

No hay aún luz en los vagones, sólo oscuridad y aliento.

No nos vemos los rostros pero sentimos la compañía y el silencio.

En el andén estalla la campana. Nos sobresalta la crueldad de un silbido. El tren arranca. Todo vuelve a su antiguo sentido.





Espero no desviarme, pero querría aprovechar la circunstancia para incluir estas fotos de la historia del tren Talgo desde sus futuristas primeros prototipos, los que llevaban siempre nombres de vírgenes en sus locomotoras y vagones observatorio en su cola así como proyección internacional como muestra la foto de la línea New York-Chicago o el tren adscrito al corredor del Trans Europ Express. Es paradójico que en el desarrollismo de posguerra se levantaran proyectos como este o el automóvil Pegaso Z 102 que alcanzó en 1953 el record mundial de velocidad como luego lo haría el Talgo.


La foto de portada de discoTalgo así como las que vienen en la descarga del disco pertenecen a Almudena Villar, cómplice de Javier Piñango en multitud de proyectos. Esta y otras portadas pueden verse en la exposición que actualmente presenta el espacio RGF Studio en Madrid (Arriaga 11)



sábado, 15 de febrero de 2025

Los días monocromáticos de Thomas Leer y Robert Rental



Recuerdo borroso de una noche en el otoño londinense de 1983, concretamente en el barrio de Battersea, no puedo precisar el sitio exacto pero se trataba de un evento que contaba con Richard Strange como protagonista no muy distinto a los que organizaba en el Cabaret Futura del Soho, entre los participantes una formación paralela a Metabolist y la coincidencia una vez más con Danielle Dax. Por el contrario recuerdo perfectamente el recorrido tras la salida donde a los pocos minutos de andar me encuentro ante el Albert Bridge, su iluminación es prácticamente idéntica a la que figuraba en la portada del disco de Thomas Leer&Robert Rental The Bridge lo cual resultaba entrañable. Era extraño, en ese momento a diferencia de la percepción del tiempo actual habían pasado solo cuatro años de su edición por Industrial Records pero ya me parecía algo lejano en el tiempo. Nada mejor para rememorar temas del disco como Day Breaks, Night Heals o Monochrome Days que habían sido compuestos por ellos a escasa distancia del lugar.

Antes de afincarse en Londres ambos se conocieron en Port Glasgow donde trabajaban como jardineros, sus descansos escuchando a John Peel marcan sus primeros descubrimientos a la música en los primeros setenta que les llevó por el rock más experimental especialmente de la escena alemana. Después de viajar por Inglaterra asistiendo a emblemáticos festivales recalan en Londres donde la implosión del punk les lleva a formar Pressure aunque su asistencia es efímera pues Thomas Leer tras asistir a un concierto conjunto de Siouxsie and the Banshees y The Slits siente que su futuro está en la música electrónica. Sus primeros registros son con un equipo de lo más simple conjuntado en su propia habitación y tras la posibilidad de auto editarse tu propio disco como habían hecho The Residents o de manera más cercana Desperate Bicycles decide hacer lo mismo con dos temas Private Plane e International con una tirada escasa de 600 ejemplares que no impidió que Tony Parsons lo eligiera como disco de la semana en New Musical Express. En muy poco espacio de tiempo el single coincidiría con otros tan emblemáticos de electrónica de garaje como fueron el Being Boiled de The Human League, TVOD de The Normal o el Paralysis de su propio compañero Robert Rental a quien ayudó en su grabación.

A esta lista anterior habría que añadir evidentemente el single United de Throbbing Gristle que habían grabado bajo su sello Industrial Records cuyo catálogo comenzaba a expandirse a otros artistas como Monte Cazazza. Siendo Leer y Rental seguidores del grupo surge la invitación sobretodo a estancias de Chris Carter a que completaran un lp para el sello para cuya ejecución les facilitaron una mesa de mezclas que alquilaron trasladándola al piso de Robert Rental donde se grabó el disco en dos semanas no exentas según testimonio de Thomas Leer de algunas fricciones y altibajos anímicos. Estos contratiempos no impidieron un fantástico disco con dos caras muy diferenciadas entre la primera muy estructurada en canciones y la segunda mucho más atmosférica en la línea por ejemplo de los Cluster más sombríos.

Será también en un concierto de Throbbing Gristle en la London Fillm Makers' Co-Op films donde Robert Rental conoce a Daniel Miller derivando en una colaboración cuya huella más palpable es el disco que recoge una de sus actuaciones teloneando a Stiff Little Fingers y Essential Logic ante una audiencia punk desconcertada e irritada ante estas sonoridades. Esta experiencia contemplada por William Bennet de primera mano al ser miembro de Essential Logic marcaría su radical derivada primero en Come y luego en Whitehouse. Apenas comenzada la década de los ochenta Robert Rental dejaría completamente la música falleciendo en el 2000, poco antes Daniel Miller ya como director de Mute le sugirió volver a grabar sin que el ofrecimiento fructificara. Thomas Leer tuvo una trayectoria más visible con colaboraciones con gente como Matt Johnson o John Foxx.

Señalar por último que el disco fue reeditado por Mute en el 2022 y que coincidiendo con ello se pudo ver una exposición en el Horse Hospital sobre la gestación del disco con unas aportaciones muy singulares. Por su parte Dark Entries rescató un material muy interesante que de Robert Rental que permanecía inédito como es una colaboración con Glenn M Wallis (más tarde en Konstructivist) o la cassette Mental Detentions realizada el mismo año que The Bridge con una instrumentación mínima y con una distribución de lo más restringida.


                 Thomas Leer y Robert Rental en la grabación del disco. Fotos Chris Carter






                                          Robert Rental & The Normal reflejados en NME




                                       
Instrumentos relacionados con Thomas Leer y Robert Rental expuestos en la exposición From the port to the bridge comisionada por Simon Dell.


                                    






sábado, 1 de febrero de 2025

Ximo Noguera - Lo que se nos pasó (Detalles sobre el industrial y experimental en España)



Hace escasos dos meses a raíz de la cassette de Marcelo Expósito The Lost Tapes publicada por el renacido sello de cassettes EGK realicé una entrada sobre este sello que contó entre sus lanzamientos gran parte de la música electrónica más marginal de este país centrada sobretodo en la edición de casettes. Coincidiendo con este lanzamiento y también centrado en gran parte en esa escena, hemos tenido a nuestro alcance el libro Lo que se nos pasó (Detalles sobre el industrial y experimental en En España) escrito por Ximo Noguera artífice del sello Industrial Complexx. Su autor, nacido a mitad de los años setenta, puntualiza como es obvio que no vivió esa escena pero que sobretodo a partir de blogs como Spain Pain, Hand Beanies y Wet Dreams comenzó a interesarse por muchos de los nombres allí mostrados. Este interés y su debilidad por la música post industrial marcan este libro que podría considerarse continuación de '40' aparecido hace cuatro años con motivo del cuarenta aniversario de Esplendor Geométrico en que aparecían como testimonios muchos de los nombres que también aparecen cubiertos en este libro a los que habría que añadir como novedad a Jordi Valls y el que esto escribe.

Haciendo juego con el título del libro habría que decir que en la época de que se ocupa fundamentalmente años 80, se pasó o simplemente se desconoció esta escena no solo entre el gran público sino también entre otros sectores musicales que podrían tener algún punto de encuentro tan diverso como la nueva ola incluso en su faceta más synthwave o el post punk. Algo más de recorrido tuvo entre los circuitos de improvisación e incluso del rock progresivo (me refiero más a fanzines). A destacar que a estos sonidos no solo se podía acceder por escondidos fanzines o radios piratas sino también medios de mucha mayor difusión como la semana del club de los ruidos en el programa Perfil del Ruedo en Radio 3 o la sección de casettes llevada por el añorado Guillem Castaño en Rockdelux.  Curiosamente al igual que ocurre ahora con Industrial Complexx serían revistas y sellos de techno como Florida o Self que a mediados de los noventa comienzan a interesarse por algunos de sus representantes que en una considerable cantidad habían dejado de hacer música.

A destacar del libro que gran parte de su contenido se basa en entrevistas que ha hecho el propio autor con músicos y artistas, de la misma manera que hizo en profundidad con su anterior libro Atom Tm El Virtuoso Inconformista sobre la trayectoria del músico alemán Uwe Schmidt. También valorar su atractivo diseño con una tipografía afín a la época y una impactante portada que bien podía haber estado en los insertos interiores de algún participante de la recopilación Amarga Cosecha del sello El Consumo del Miedo de Rafael Flores. Decir por último que toda esa escena estaba bastante descentralizada de las grandes capitales de este país, pese a eso como dice Ximo en el País Valenciano apenas había representación o medios salvo diría yo un fanzine como Editorial del Futuro Método, al menos de manera ocasional. Muy distinto es el panorama de hoy con sellos tan destacados como Abstrakce Records, Verlag System, Espacio Interior o el propio Industrial Complexx que anuncia como próxima edición nada menos que un disco de Merzbow.




Portada de la recopilación Resiliencia -Fundraising for Valencia. Iniciativa de Industrial Complexx 

                       Próximo lanzamiento de Industrial Complexx junto al sello sueco Blod



domingo, 19 de enero de 2025

Joey Ramone ralentizado a través de John Cage



En principio nadie podría relacionar una figura como John Cage con los Ramones. Ambos dinamitaron la música norteamericana del siglo XX con sus métodos de composición desde puntos contrapuestos, el primero cercano al silencio, la ralentización y como marca una de sus piezas "as slow as possible", los segundos con la velocidad desenfrenada de sus temas como muestran los catorce que ocupan treinta minutos en su primer lp. Sin embargo algunas líneas de demarcación de Cage podrían acercarse al punk primigenio cuando afirmaba que hay que tomarse la música con toda naturalidad, sin técnica en absoluto. Esta cercanía es palpable en el disco Cage, Uncaged A Rock Experimental Homage to John Cage que Cramps Records editó poco después de un homenaje que se tributó al compositor norteamericano en la Bienal de Venecia y que cuenta entre otros con con Debbie Harry, Richard Hell, Arto Lindsey, Jello Biafra y el protagonista de esta entrada Joey Ramone.

La aportación del larguirucho cantante de los Ramones es una versión del tema The Wonderful Widow of Eighteen Springs compuesto en 1942, una canción compuesta para voz y piano preparado en que este permanece con la tapa cerrada siendo suavemente golpeada como acompañamiento por los nudillos de la mano (anteriormente existe una versión de Robert Wyatt en el disco Voices and Instruments de Jan Steele y John Cage). Su registro vocal es asombroso, en gran medida hipnótico, una línea de fuga a sus extrañas compulsiones y un reposo ante sus sacudidas de salud.

En memoria de Miguel A. García. 






                                            Joey y Dee Dee Ramone en presencia de teclados


Letra de una canción escrita por Joey Ramone en el cartón de una caja de Alka Seltzer (Fuente: Dangerous Minds)

domingo, 29 de diciembre de 2024

Eduardo Polonio. Lo que no cesa


El fallecimiento de Eduardo Polonio es una irreparable pérdida que sentimos todos los que le conocimos y admirábamos por su cercanía y creatividad, siguiendo y explorando con enorme interés su trayectoria desde sus inicios en la música electrónica de los años sesenta en este país en que es preciso destacar, en especial para los menos familiarizados a estos segmentos de creación, que el terreno musical era un auténtico erial y a pesar de ello estuvo presente en los tres únicos lugares en que esta se podía experimentar como era el Laboratorio Alea de Madrid, los Estudios Phonos de Barcelona o el Gabinete de Música Electroacústica de Cuenca. Aún y así en los primeros ochenta inicia un distanciamiento de estos ámbitos acercándose a la escena más subterránea a través de grabaciones en sellos como Discos Esplendor Geométrico o más recientemente Luscinia o La Olla Express. 

Personalmente le conocí por primera vez en 1978 cuando su imponente figura atravesó una de las dos puertas de la tienda de Gay&Company en la calle Hospital para colocar en el tablón de anuncios el cartel de un concierto suyo en la Galería Mattisse. Le reconocí, pues en Disco Express había salido un reportaje sobre Música Electrónica Libre el dúo que tenía con Horacio Vaggione cuyo disco It le comenté había oído presentado por Carlos Tena en el programa Para Vosotros Jóvenes en Radio Nacional, era la primera grabación de música electrónica que oía hecha en España. Aunque deteriorado aún conservo el cartel y hace poco recuperé una reproducción de una foto de promoción del grupo. Más adelante visité su estudio en su domicilio junto a Víctor Nubla a quien le estaba masterizando su cassette Dance Music, ambos nos quedamos fascinados por sus sintetizadores y artilugios colocados en unas estructuras de mecano típicas de la época. 

A Eduardo Polonio le he dedicado en este espacio dos entradas que pueden ser revisadas al final de este texto, la primera de ellas dedicada a sus recorridos barceloneses con motivo del cd que grabó para La Olla Express que ahora quería de alguna manera ampliar a raíz de la convocatoria y homenaje que Wet Dreams y Morada Sónica han propuesto a partir del 50 aniversario de su pieza Me Voy a tomar el Orient Express y teniendo su testimonio de sus años vividos aquí y muchos otros más que nos dio en una cena que compartimos con Eli Gras. La otra coincidió con el más que recomendable libro que María de Alvear Editions publicó sobre su trayectoria y que bien podría haber servido para colocar su figura en una manera mucho más amplia como puede haber sido su inclusión en el disco Five Spanish Pioneers of Electronic and Experimental Music 1953-1969 editado por Sub Rosa en la que por cierto protagoniza la portada.

Por último recomendar lo que posiblemente haya sido el año pasado su última entrevista concedida a Ismael G. Cabral, uno de los mejores conocedores de su obra. En ella detalla el reciente lanzamiento de su libro Las Matemáticas, la música y el músico (yo) publicada por EdictOràlia  y el último trabajo de composición al que había titulado Lo que no cesa, su título es evocador en estos emotivos momentos y nos puede llevar acaso una trascendencia más allá del lugar, de su querido pueblo onubense de Valverde donde residía, cruce de caminos cercano a las minas al aire libre de Río Tinto que tanto atraen por su aspecto de Marte como los miradores de estrellas de la cercana Sierra de Aracena, un perfecto escenario para la música de las esferas celestes de Kepler que tanto admiraba. En su nocturnidad quien sabe si una estrella errante nos irradiará con su nombre.

Anteriores entradas:

Recorridos barceloneses de Eduardo Polonio

Eduardo Polonio, del serialismo al multimedia. Un subvolver exorbitante