La vida diaria de Antoine (Jean Pierre Léaud) está marcada por la música, se despierta con ella pero también trabaja en una cadena de embalaje de una discográfica; la música es también lo que une a su pretendida pareja y acuden a conferencias y conciertos de música vanguardista hasta incluso del padre de la música concreta Pierre Schaeffer que incluso aparece en el film y es aquí donde surge el conflicto pues a Colette le engaña diciéndole que trabaja en el mundo discográfico, Diederichsen lo cuenta así en el libro: "Antoine Doinel ha fracasado. Está demasiado del lado del soporte material, demasiado cerca de la producción. Sólo ha logrado dar el paso que va del del envase al contenido material, de prensar a embalar, pero los amigos estudiantes de Colette están más cerca de las emanaciones puramente espirituales del disco, de la nueva música. De modo que Doinel tiene el éxito más amargo que podemos pensar para un film de la Nouvelle Vague. Conquista a los padres de la amada. El padre es un hombre del trabajo manual, cuya hija se ha superado metódicamente al precio de que él ya no pueda entenderla. Y el joven que amasa con sus propias manos gruesos pegotes de vinilo le es más querido que el intrigante de la cultura con el que está saliendo su hija. La relación de las distintas capas de embalaje y sus contenidos se revela como una jerarquía de clases."
Como paradoja señalar que el sello discográfico donde trabaja Antoine es Philips, donde se manufacturaron muchos discos de música electrónica con presentaciones tan brillantes como la serie Perspective 21º Siecle, un costosísimo trabajo de elaboración que seguro se encontrarían en el futuro hogar de Mademoiselle Colette.
No hay comentarios:
Publicar un comentario