lunes, 3 de noviembre de 2014

THOMAS WILFRED Clavilux



Durante este año la figura de Thomas Wilfred me la encontrado en un considerable número de ámbitos:  catálogos de exposiciones, artículos y recreaciones por algunos de los músicos que más admiro como comentaré al final.

La labor de exploración del nacido danés Thomas Wilfred tendría su momento crucial en 1919 con la creación del clavilux, un órgano que producía fluidos y formas lumínicas en vez de música. Esta invención de música visual que el bautizó como Lumia tenía en principio una intención, más que artísitica, de entretenimiento como fue su primer recital en el Neighborhood Playhouse de New York a la que siguieron otras hasta la Segunda Guerra Mundial, aunque progresivamente sus envolventes de fantasmagoria llegaron al mundo museístico, hasta tal punto de ser en 1951 uno de los elegidos en la exposición 15 Americans que incluía a Mark Rothko o Jackson Pollock entre otros. Posteriormente el MOMA se hizo cargo de su obra Vertical Sequence 11 (Opus 137), una de las 18 piezas que han sobrevivido de las cuarenta compuestas, gracias en gran medida a la labor de conservación y restauración del Light Art Lumia.

Como mencionaba antes, una de las visitas que uno realiza para seguir la obra de Steve Roden me  llevó a descubrir la pieza For Thomas Wilfred así como la sorpresa de que Tom Ellard (Severed Heads) ha creado junto a Paul Greedy una nueva versión del clavilux, mejorado con nuevos avances tecnológicos, aunque guardando el debido respeto a su idea original.


                                                  Thomas Wilfred y el clavilux






  Estudios y proyectos conservados en la Yale University Manuscripts&Archives

                                        Wilfred en una de sus últimas fotografías



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