El año pasado en un programa emitido por TV3 acerca de la historia de la musica laietana, un destacado protagonista como fue el productor Rafael Moll comentaba que la edición del Festival del Canet Rock de 1978 significó el final de esta, posiblemente sea cierto y he de confesar que en su momento fue una válvula de escape a ediciones pasadas marcadas por un jazz-rock de dudosa herencia progresiva que pivotaba sobre un virtuosismo musical un tanto asfixiante, una escucha paciente y desapasionada al cabo de años puede descubrir algunas excepciones, pero evidentemente con los cambios radicales que se estaban generando a raíz del punk uno esperaba que aquí también se depuraran algunos, así lo entendíamos no solo con los que acudí al festival desde una más o menos adscripción punk, sino también con alguien como Patricia Godes que desde otra óptica celebraba como yo el desconcierto progre que se avecinaba.
El festival ideado en gran parte por Pau Riba para celebrar el fin de la Era de Piscis y la llegada de Acuario tuvo en los Mother Gong de Daevid Allen a los principales partícipes de esta celebración mágica, llegué tarde a su actuación, como también me perdí la trifulca que montaron en la tienda de Gay&Co, donde yo trabajaba, al pedir con gritos que se pinchara los Sex Pistols y no el rock sinfónico que sonaba al llegar ellos, ciertamente todo el mundo estaba maravillado con la actuación. La inclusión de Nico en un festival al aire libre con veinte mil personas era todo un desafío y todos sus seguidores estábamos tensos y vigilantes ante la posibilidad de que algún objeto le fuera lanzado hacia ella y su hipnótico harmonium, como así lamentablemente ocurrió al final, algo que hizo que Kevin Ayers, del que se había hablado para incluirlo en el cartel, no participara al menos en algún tema.
A la medianoche, en el momento que tenía que actuar Ultravox, se produjo el momento más vergonzoso del festival, Angel Casas aparece en el escenario diciendo que el grupo inglés está teniendo un comportamiento violento ante la confusión de si son ellos o Tequila lo que tienen que salir a tocar, por lo que decide lanzar un interesado plebiscito a todos los asistentes para que decidan a quien prefieren, a lo que el público masivamente chilla que Tequila, con esto y el desprecio a Nico todos mis amigos teníamos ganas de abandonar el festival que afortunadamente nos iba a deparar dos actuaciones antológicas. La primera la de Blondie con un repertorio basado en gran parte en su disco Parallel Lines que acababa de publicarse, aunque su directo contaba con un sonido más brutalmente áspero y con una Deborah Harry asombrosa que empezaba tranquilamente en el centro y acababa enérgicamente en los laterales donde Chris Stein irradiaba con su guitarra. Alguien me dijo que entre los miembros del grupo se respiraba cierta tensión, quien sabe si esta desató una de sus mejores actuaciones de su gira europea de ese año que contaba con los Buzzcocks como teloneros, hubiera sido genial poder verlos también en el festival, aunque en su lugar pudimos ver al trio francés Bijou, una contagiosa mezcla de The Jam y Los Brincos y que en su segundo disco acababan de ser bendecidos por el mismísimo Serge Gainsbourg. Al final Ultravox se vieron obligados a actuar al amanecer, una hora ciertamente inhabitual que sin embargo para nada mermó la fuerza de un concierto que ha quedado grabado en la mente de muchos de los que acudieron; al igual que Blondie su presencia coincide con su mejor momento, acabadan de grabar su tercer disco Systems of Romance en los estudios de Conny Plank lo cual se notaba en temas como I can't stay long en que el rastro de Neu es arrebatador y el cántico de John Foxx es proverbial al momento y el lugar: Pulling away the night like a sheet from over me. In summer time dissolve to a beach and everywhere seeems to be just a flicker on a silent screen.
El resto del cartel contó con algunos grupos más afines al espíritu de las anteriores ediciones del festival exceptuando a La Banda Trapera del Río y a los Masturbadores Mongólicos que que acabaron el festival haciendo una versión de Els Segadors, algo que por cierto no gustó nada a Carlos Carrero, crítico del periódico Tele Express que les acusaba de irreverentes al mismo tiempo que se lamentaba que Samantha , la travestie del San Carlos Club que con soltura presentó el festival, no utilizara el catalán en ningún momento. El festival se vuelve a celebrar y esto último no sucederá pues desde la organización se promueve como un un evento claramente identitario con un cartel que supongo hará la delicias de cualquier lector de Enderrock y lo que son las cosas, dos días antes Blondie actúa de nuevo en Barcelona. Ni que decir tiene que nada será igual.
Daevid Allen y Deborah Harry en dos momentos del festival. Fotos Francesc Fábregas
Nico extraviada entre el público. Pocos días después participaría en un tema del disco Vuelo Químico de Neuronium. Foto Flowers
John Foxx. Foto Salvador Costa
Amigos de entonces. Arriba Juanito y Silvia Resorte. Abajo Chema y Luqui