lunes, 27 de marzo de 2017

Sintetizador ANS, sinestesia de luz y sonido



La vida del compositor electrónico ruso Eduard Artemiev tuvo su gran momento de inflexión cuando en 1960 vio en el conservatorio de Moscú un anuncio de Evgeny Murzin solicitando voluntarios para su nueva creación, el sintetizdaor ANS, un instrumento absolutamente singular que tanto podía generar sonidos desde gráficos o espectogramas como también al revés, contaba con 720 ondas sinusoidales, un considerable banco de filtros además de prestar polifonía; Artemiev respondió al anuncio y rapidamente se hizo colaborador de Murzin creándose poco después el Estudio Experimental de Música Electrónica de Moscú donde varios compositores como Sofia Gubaidulina, Edison Denisov o Alfred Schnittke tantearon el instrumento e incluso haciendo grabaciones de él que aparecerían en recopilaciones del sello Melodiya, aunque sin duda el trabajo más reconocido sería el que el propio Artemiev haría para el film Solaris de Andrei Tarkovsky.

El sintetizador ANS fue ideado por Evgeny Murzin en 1938 aunque no se pudo realizar hasta veinte años más tarde, las siglas rinden honor a Alexander Nikolayevich Scriabin cuyo acercamiento a la teosofía le hizo indagar hacia las teorías de enlaces de color y sonido que desde alguna manera planearon poco después por muchos visionarios del siglo XX como Thomas Wilfred o Zdenêk Pesánek. El ANS se puede enmarcar en la tradición de la imaginativa invetigación de otros ingenieros rusos como Leon Theremin, si el primero interactúa con las imágenes el segundo lo hará con el movimiento.

Solo queda un ejemplar del ANS en el Museo Glinka de Moscú. El músico Stanislav Kreichi ha hecho una gran labor de preservarlo y ha facilitado su uso a otros intérpretes como fue el caso de Coil que registraron en 2004 nada menos que un cd triple que también contenía 4 dvds con animaciones de Peter Christopherson. Otros trabajos basados en este sintetizador se pueden encontrar en alguna grabación de T.A.G.C., James Fei becado en el Theremin Institute, Alva Noto o Cisfinitum el proyecto que firma sus trabajos Eugene Voronovsky que describe como ambient metafísico. Apuntar por último que el hijo de Eduard Artemiev Artemiy ha recuperado en su sello Eletroshock Records gran parte de las grabaciones antes relatadas.



                       Recopilaciones que incluyen registros del sintetizador ANS en Melodiya


                                                                            Partes del ANS


                                                                        Espectogramas


                                              Imágenes de los discos de Cisfinitum y James Fei



Eduard Artemiev, Twelve looks at the world of sound.


Alfred Schnittke, Stream, 1969.





Coil ANS. Imágenes de Peter Christopherson, 2004.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Juan Navarro Beldeweg, arquitectura vibracional




La reciente exposición Escuchar con los ojos ha sido sin duda hasta ahora la más ambiciosa muestra sobre el arte sonoro que se ha desarrollado en España, es inabarcable reseñarla, aunque en futuras entradas será probable de alguna manera acudir a ella y al libro que se ha editado documentándola. Durante su visita uno podía intuir los vínculos que hubieron a finales de los sesenta entre arte y cibernética, especialmente por todos los artistas relacionados con el Centro de Cálculo de Madrid. Sin estar adscrito a él, Juan Navarro Baldeweg asistía a sus actos y pronto esta inquietud podría desarrollarla de manera mucho más amplia al llegar en 1971 al Center for Advanced Studies del M.I.T.

En el centro norteamericano, tutelado por György Kepes, comienza a desarrollar trabajos como Oasis Urbanos, A tropical forest in an artic landscape (dos fotos de arriba), Reloj de sol sobre el Charles River o Cinco unidades de luz, primeras manifestaciones conjuntas de pintura, instalaciones y arquitectura con la luz, transparencia y reflejo como común denominador. En ese tiempo efectúa los carteles Everything In the Air y City Links para la compositora electrónica Maryanne Amacher que también residía en el centro y para un homenaje colectivo a John Cage.

La música tendrá un papel central en su ya futura labor como arquitecto buscando la centralidad del cuerpo humano rodeado de un halo de canción orgánica y ritmos propios; la experiencia de la arquitectura la asemeja a la composición musical y en su primera obra al regresar a España, La Casa de la Lluvia en Cantabria, integra el resonar de la lluvia en el tejado con la luz del horizonte y la gravedad del espacio, sin duda un gran valor orquestar todos estos elementos aparentemente simples.



Reloj de sol en el Charles River y dos obras de 1973, Cajas de luz y La columna y el peso

                                       
    Arado, obra sonora  (8 discos de lija y tocadiscos), 1975



  Interior V. Luz y metales. Instalación sonora Sala Vinçon, Barcelona 1976

                                             

<  Maryanne Amacher
                                                                                      Living sound for sound joined rooms


jueves, 2 de marzo de 2017

Música Biónica de Maurizio Bianchi



El rescate que en 2002 hizo el director del sello Alga Marghen Emanuele Cercano de la obra de Maurizio Bianchi fue fundamental, tanto para que éste volviera a publicar nuevos trabajos después de su reclusión en los noventa, como para que acontecieran un sinfín de reediciones de su extensa obra centrada en la primera mitad de los ochenta. Un ejemplo más de ello lo tenemos en la reciente edición que el sello  local Música Dispersa Records ha hecho de una grabación privada que Bianchi hizo con el título de Clockwork Orange en 1980. El trabajo de M.B. tuvo un seguimiento considerable en España siendo sus primeros lps. distribuídos por Auxilio de Cientos e incluso gozó de la edición de su cassette Mectpyo por el sello Gand Mal Edicions de Anton Ignorant. También repasando fanzines especializados de la época podemos encontrar artículos especialmente en Trepidación que recogía esta declaración de intenciones del propio músico:

Endometrio representa el primer ejemplo de "Música Biónica", del sonido, es decir, obtenido sinteticamente de las manipulaciones y transformaciones de origen electrónico pre-registrados. En contraposición a la música de sintetizadores y la obtenida con el uso del calculador, en la Música Biónica de "bios" y "electrónica") el concierto del discurso continuo viene en gran medida desautorizado, y a eso se opone la estructura, la aglomeración del sonido, la sucesiva oleada de un pulular de micro-organismos reagrupados en sesiones breves cada una como cerrada otra vez en los saltos de respiración,  la violenta descarga de sonido sujeto a sesiones breves, cada una como encerrada otra vez en los límites temporales de la propia respiración, la violenta descarga de sonido sujeto a pequeños saltos dinámicos internos, la deseada "disociación" organizada del enlace sintetizado, la reducción a pura materia fónico-orgásmica, en suma la planificación del negativo.

Esto es la música experimental de la segunda posguerra (concreta, electroacústica, con sintetizadores y ordenadores, etc). Así como prefija ante todo la frustración de toda veleidad de identificación del gozo, a fin de proporcionar del mundo actual una imagen inquieta y sin dirección precisa; pero ahora la música experimental pre-apocalíptica, la Música Biónica apunta y rechaza con intransigencia todo tipo de neo-vanguardismo o neo-poética del objeto, para afirmar el motivo de un profundo empeño biológico/humano y fisiológico/evolutivo. Es una vía que trata de romper el círculo cerrado poniendo dialecticamente el negativo en relación con una proyección positiva.

No es la "inaccesibilidad" de mi trabajo por parte del oyente burgués lo que me interesa, más bien la "accesibilidad" por parte del oyente, de un todo nuevo, vivo, liberado y partícipe.

Un texto que ilustra en gran medida el apocalipsis radioterapeútico que Maurizo Binchi libera en tres años (1982-1984) de hiperactividad productiva que el bautiza como música biónica desde discos como Endometrio, Menses, Regel, The Plain Truth, Carcinosi, Das Testament o Armaghedon, auténticas paredes de descomposición sonora con una imaginería terminal propia de la edad tecnológica.






                                                               Enrico Cattaneo, Paesaggio



Entrevista para Radio Popolare, una de sus pocas aparciones públicas.


Maurizio Bianchi The Plain Truth