Una visita a la exposición que hoy acaba en el Museo Picasso de Málaga "Somos plenamente libres, las mujeres artistas y el surrealismo" nos ha permitido percibir entre otras cosas que las mujeres posiblemente llegaron más lejos que los hombres en las proclamas de ese movimiento especialmente en la anatomía del inconsciente. Sin embargo tuvieron que pasar años para que su obra fuera documentada y reconocida mas allá de su rol de musas y amantes, vidas intensas de larga exploración, algunas como Dorothea Tanning o Leonora Carrington llegaron alrededor de los cien años otras por el contrario cortadas por el suicidio marcadas en gran parte por sus tortuosas y extremas relaciones con sus parejas como es el caso de Kay Sage con Yves Tanguy o Unica Zürn con Hans Bellmer.
En efecto la vida de la alemana Unica Zürn vendría marcada por su mudanza a París en 1953 tras concocer a Hans Bellmer. Su fantasioso mundo encontró en las técnicas surrealistas del automatismo un vehículo perfecto para sus anagramas acompañadas de dibujos con microorganismos que maravillaron a escritores locales como Henri Michaux o Michel Leiris, muchas de estas obras tienen relación con una psicosis profunda pero también de ensoñamiento profundo como dice ella "La mayor parte de mi vida, me la he pasado durmiendo; el resto esperando un milagro, meditando sobre lo inaccesible".
La obra literaria de Unica Zurn durante muchos años solo había sido editada en Francia hasta que la editorial Siruela comenzó a rescatarla en sucesivas ediciones. En El Trapecio del Destino encontramos este cuento Sueño en Septiembre sobre un ensismamiento musical:
La luz plateaba las tenues gasas de bruma que ondulaban sobre el llano. Sones cristalinos llegaban y se iban con el viento. Yo no sabía si caminaba hacia ellos o si venían del firmamento. Por la cima de la loma asomaba el tejado plano de un granero. Al principio, parecía pegado al suelo. Luego al acercarme, fue elevándose y debajo del tejado surgió una construcción de madera blanca y nueva. Había en el interior largas hileras de bancos en los que se hallaba sentada una multitud inmóvil y ensimismada. Delante, de pie, formando un semicírculo, había siete músicos. Figuras esbeltas, singulares, de las que no hubiera sabido uno decir si eran hombres o mujeres, o si pertenecían a un sexo nuevo que combinaba uno y otro a la perfección.
Vestían amplias túnicas, ceñidas a las caderas con cinturones de un tejido desconocido que continuamente cambiaba de color y textura. Como obedeciendo a un pensamiento o un movimiento de los músicos, su indumentaria se trocaba en mera luz tornasolada, con adornos que aparecían y desparecían o cambiaban de forma con rapidez.
Yo, asombrado, trataba de descubrir el secreto de aquellos ropajes, hasta que advertí que sus variaciones coincidían con los cambios de los motivos y los tiempos de la música. Ésta salía de unos instrumentos que yo desconocía. Espirales cristalinas que giraban resolviéndose las unas con las otras, con esferas que subía y bajaban en su interior. Altos bastidores transparentes que tensaban hilos de cristal por los que se deslizaban formas romboides. Los músicos tocaban sin apenas moverse. Incluso parecía que aquellos instrumentos sonaban solos y que los músicos hacían las veces de enérgicos directores. Cuando enmudecieron, se hizo un largo silencio. Luego los oyentes se pusieron en pie y se inclinaron. También los desconocidos hicieron varias reverencias. Este mudo homenaje recíproco continuó durante un tiempo. Entonces los Siete abandonaron el granero. Cuando pasaban por mi lado, me incliné hacia adelante para observarlos. Recibí una mirada de reproche de unos ojos grandes y severos y, al momento, unos velos pequeños y tupidos cubrieron sus rostros. A varios pasos del granero ondeaba una gran telaraña extendida sobre el suelo. Los músicos se colgaron de ella como mariposas. Con un sonoro zumbido de insecto gigante, la red se elevó y desapareció en el espacio".
UnicaZürn- Breathe the snake 1 del lp Transpandorem publicado por Touch en 2017. UnicaZürn es un duo compuesto por el ex-Coil Stephen Thrower y por Dave Knight colaborador de Danielle Dax.