miércoles, 17 de julio de 2024

Fernando Pessoa, los monótonos sonidos del desasosiego

 



Un hálito de música o de sueño, algo que haga casi sentir, algo que haga no pensar.


El silencio que emana del sonido de la lluvia se extiende, es un crescendo de monotonía cenicienta, por la calle estrecha que observo.


Me creé eco y abismo, pensando. Me multipliqué profundizándome. El mínimo episodio -una alteración saliendo de la luz, la caída enrollada de una hoja seca, el pétalo que amarillo se desprende, la voz del otro lado del muro con los pasos del dueño de la voz junto a los que de quien debe escucharla, el portal entreabierto de la finca vieja,el patio dando acceso con un arco a las casas aglomeradas a la luz de la luna- todas estas cosas, que no me pertenecen, me aseguran la meditación sensible con lazos de resonancia y de saudade.


(Storm)
Sobra silencio oscuro lividamente. A su manera, cerca, entre el errar extraño y rápido de los carros, un camión truena-eco ridículo, mecánico, de lo que es realidad en la distancia próxima al cielo.
De nuevo, sin previo aviso, chorrea luz magnética, pestañeando. Golpea el corazón un breve trago. Se quiebra una redoma en las alturas, en grandes astillazos de cúpula. Un lienzo nuevo de mala lluvia agrede el ruido del suelo.



¡Qué mañana esta pena! ¿Y qué sombras de alejan? ¿Y qué misterios ocurrieron? Nada: el ruido del primer tranvía como un fósforo que va a iluminar la oscuridad del alma, y los pasos sonoros de mi primer transeúnte que son la realidad concreta diciéndome, con voz de amigo, que no esté así.






El sueño es el análisis lento de las sensaciones, ya sea usado como una ciencia atómica del alma, ya sea dormido como una música de la voluntad, anagrama lento de la monotonía.


Ese lugar activo de sensaciones, mi alma, pasea a veces conmigo conscientemente por las calles nocturnas de la ciudad, en las horas tediosas en que me siento un sueño entre sueños de otra especie, a la luz del gas, entre el ruido transitorio de los vehículos.
Fragmentos verbales de envidia, de lujuria, de trivialidad van a chocar contra mi sentido del oído. Susurrados murmullos ondulan hasta mi conciencia.


Cuando vine por primera vez a Lisboa, había en el piso de arriba del nuestro una música de piano tocada con escalas, aprendizaje monótono de una niña a la que nunca llegué a ver. Hoy descubro, por vías de infiltración que desconozco, que tengo todavía en las bodegas del alma. audibles si allá abajo alguien abre la puerta, las escalas repetidas al teclado de la niña, hoy señora diferente o muerta y encerrada en un lugar blanco donde verdean los cipreses.


Primero es un ruido que reproduce otro ruido, en la concavidad nocturna de las cosas. Después es un aullido vago, acompañado de un oscilar arrastrado de los letreros de la calle. Más tarde se hace de pronto un alto rugiente del espacio, y todo se estremece, y no oscila, y hay silencio en el miedo de todo esto como un miedo sordo que ve otro miedo ya pasado.


Cantaba con una voz muy suave, una canción de un país remoto. La música tornaba familiares las palabras desconocidas. Parecía un fado para el alma, pero no tenía con él el menor parecido.
La canción decía, por las palabras veladas y la melodía humana, cosas que están en el alma de todos y que nadie conoce. Él cantaba con una especie de soñolencia, ignorando con la mirada a los oyentes, en un pequeño éxtasis callejero.


Lisboa por Eli Latar




Hasta aquí una selección de extractos del Libro del Desasosiego de Fernando Pessoa, en que el sonido, el silencio, lo audible casi imperceptible y la música casi somnolienta, se impregnan en el mundo de Pessoa a través de un ambiente de tedio e indiferencia bajo un continuo desiderátum de aislamiento. Para narrarlo utiliza como es frecuente en su obra un heterónimo en este caso Bernardo Soares a quien conoce en un pequeño restaurante y comparten su interés en la revista Orpheu, que contaba de hecho con Pessoa como colaborador.

Para finalizar una ilustración musical en la plataforma en red de Disquiet, que recientemente ha recopilado unos temas de sonidos de Lisboa, LX(RMX) reconstruídos e inspirados en otro de los heterónimos de Pessoa como es Alvaro de Campos y que cuenta con otros de Steve Roden, Pedro Tudela o Robin Rimbaud. Años atrás el manipulador y ensayista sonoro Brandon LaBelle también hizo un trabajo en cassette basado en el Libro del Desasosiego.






martes, 2 de julio de 2024

Band of Nowhere, el nuevo proyecto de Juanjo Sánchez en Wah Wah Records



Hace tres años me ocupaba en este espacio de reseñar el trabajo que Juanjo Sánchez había efectuado bajo el seudónimo de Gonza Magilla, su título era Memories of Phase Rem y fue publicado por La Olla Expres, ahora de nuevo es protagonista con un nuevo disco titulado Counting the Beats publicado en Wah Wah Records esta vez con una nueva formación bautizada como Band of Nowhere en la que su labor multiinstrumentista está complementada con sus hijos David y Pablo más otras inclusiones como detallo más ampliamente en el texto que presento en la solapa del disco junto a otro de Francesc X. Puerto y que reproduzco a continuación:

Band of Nowhere is a new constellation project by Juanjo Sánchez, together with other collaborators with whom he had previously worked. It is worth mentioning Bob Drake on drums, former member of the legendary formation Thinking Plague (also on Hail, 5UU'S, The Science Group) who has also mastered the project from their studio in the Midi-Pyrénées and also to mention the guitarist Jordi Cabayol (Camino al Desván) both Juanjo and Jordi began their career in a significant band of Barcelona of the early eighties, such Entr'acte.

The becoming of Juanjo Sánchez would take him to other latitudes as a member of Alondra Satori and without losing the lighthouse of his city, he would collaborate with other outstanding musicians such as Quicu Samsó (Koniec, Macromassa).

The fluidity and chromaticism of his previous album Gonza Magilla is still perceived in here, but in a much more electrified way with guitars that are sometimes expansive, other times exuberant wrapped up with contagious synthesizer modulations and very marked rhythms. The production and especially the arrangements are fantastic with those special presences of synthesizers that are not common around here.

Its original improvisation and experimentation is skilfully adjusted by Juanjo Sánchez, giving a much more playful result with unexpected combinations, very much in continuity with a certain European Art Rock such as Aksak Maboul, Etron Fou, Zamla, The Work or the mischievous resonances of The League of Gentleman; all this mapping the sound transit, to an unpredictable and vibrant non-place.

Completando esta descripción mencionar también la presencia de Rafael Zaragoza y Elmer con unos efectos añadidos a la batería de Oriol Perucho en un tema que se puede escuchar en su versión en bandcamp y destacar también la autoría en uno de los temas de Lars Hollmer legendario miembro de la banda sueca Samla Mammas Manna una de las bandas más emblemáticas de lo que se llamó Rock in Opposition que fusionaron gran cantidad de estilos musicales de la misma manera y soltura que lo hace Juanjo a través de complejas estructuras que no están reñidas con momentos muy distendidos como el contagioso tema Lucid Dreams.

Mencionar también una vez más la labor de Juanjo Sánchez de preciso documentalista como ha sido la trayectoria de Suck Electrònic Enciclòpedic y otras formaciones de los setenta más adscritas al entorno de Zeleste que han sido editadas recientemente en Recommended Records cuyo fundador Chris Cutler mantiene una gran relación con él como demuestra la invitación que le hizo a participar en Inside Broadcast (A Day In Other People's Ears) con un tema grabado por Juanjo en los puestos de pescado de un mercado de Jerez. En esta recopilación encontramos nombres como Alvin Curran, Amy Denio, Jean Hervé Peron o Robin Rimbaud, todo ellos parten de la idea de acercar los sonidos que envuelven una cotidianidad  y redimensionarlos de su contexto original.

Y ya por último aprovechar para destacar también la infatigable labor rastreadora de Jordi Segura a través de su sello Wah Wah Records que le ha llevado a editar pocos meses antes del disco que nos ocupa unas grabaciones de la compositora argentina Susana Baron Supervielle (registradas entre 1978 y 1980) quien llegó a trabajar en París durante los principios del Groupe de Recherche de Musique Concrète de Pierre Schaeffer.