domingo, 6 de octubre de 2024

Extracciones de la plataforma Spizz (Spizzoil, Spizzenergi)




De toda la diáspora y espacios libres e inesperados que dejó el punk, el caso de Spizzoil es de lo más sorprendentes. Rough Trade que rastreaba ese terreno no dudó en acogerlos editando primero 6000 Crazy en 1978 y al año siguiente Cold City, ambos en single o más bien EP un formato por el que acabaría teniendo gran predilección el sello. La formación de entonces era un dúo compuesto por Spizz (Kenneth Spiers) y Pete Petrol (Pete O'Dowd) ayudados por la batería de Palmolive en algunos de sus directos. Dos conciertos a los que acudió Spizz en Birmingham influyeron en su trayectoria, el primero sería el de David Bowie en 1973 que le afianzó en sus gustos por el glam más arty y el segundo el de Siouxsie and The Banshees en la Sala Barbarella donde ya se subió al escenario durante unos minutos anticipando la participación posterior ya como grupo en varios conciertos. 

La escucha de estos discos me resultaba chocante y extraña con ruidos de fondo y toques de kazoo, tenía además ese componente vehemente y frenético inherente al mejor punk. La escuchaba junto a otros miembros del grupo en casa de Mario Almonacid quien a los pocos meses después de recibir su nuevo single Where's Captain Kirk ya bajo el nombre de Spizzenergie nos anticipaba que era una auténtica bomba, su portada fosforescente contrastaba con la monocromía anterior y enlaza con la fosforescencia punk anticipada por X Ray Spex en The Day Turned I Glo, su contagiosa escucha te cargaba las pilas antes de salir a la calle o en cualquier bar en que sonara. El tema ocupó los primeros puestos de muchas listas alternativas, un reconocimiento ya anticipado por John Peel quien les invitó a participar en una de sus sesiones o también el de Frank Zappa quien citó su anterior single Soldier Soldier como uno de sus temas favoritos en un programa radiofónico.

El grupo que se atrevió a hacer una versión o astracanada del The Model de Kraftwerk gozó también de una gran simpatía la escena electrónica británica compartiendo conciertos con The Human League e incluso Kenneth Spiers participó posteriormente en directos de Heaven 17 en un momento en que los alias del grupo se multiplicaban en nombres entre otros como Atheltico Spizz 80, The Spizzles, Spizzenergi 2, SpizzSexual...así hasta la actualidad donde todo su bagaje y experiencia se transmite en sus programas de Ressonance FM alternados con apariciones en actuaciones y festivales conjuntos con grupos como The Damned, ambos comparten una energía y diversión digna de músicos que parecen no haber alcanzado la edad adulta.

 














 Kenneth "Spizz" Spiers en su primera aparición pública y en nuestros días


domingo, 22 de septiembre de 2024

Paisaje y Liturgia. Desde el idílico Val d' Aran al solemne órgano de la catedral de Saint Bertrand de Comminges




                                                      Foto Azucena de Yngunza

Para cualquiera que visite la Val D'Aran después de visitar sus encantadores pueblos que surgen a lo largo del cauce del Río Garona con sus atractivas iglesias, los bosques de hayedos y abetos o las praderas rodeadas de imponentes picos es recomendable traspasar la frontera francesa y sin dejar tierras occitanas encontrar un terreno igualmente bucólico pero mucho más plano hasta que a poco más de 30 km aparece en un promontorio la catedral de Saint Bertrand Comminges. Sorprende ver semejante edificación en una población de apenas 200 habitantes y uno queda irremediablemente encandilado. Por fin he podido visitarla después de que en abril de 1976 me tuviera que conformar en verla por fuera y con un viaje de vuelta a Vielha bastante tumultuoso donde tras hacer auto stop con compañeros de instituto una fuerte tormenta nos hizo cobijarnos en la zona fronteriza del Pònth deth Rei. De improviso entre los árboles nos abordó una dotación de la guardia civil fuertemente armada, tras un interrogatorio nos comentaron que semejante despliegue estaba causado por la reciente fuga de los 29 presos políticos que se fugaron de la cárcel de Segovia y de inmediato nos subieron en unos jeeps para dejarnos en el mismo Vielha. Tras reponernos de semejante sobresalto decidimos acudir a una discoteca que había el el Hotel Urogallo, nunca olvidaré que nada más entrar estaba sonando Vicious de Lou Reed. La discoteca me comentan hace mucho tiempo que no existe, por el contrario la catedral con su imponente órgano podría ser perfectamente L'apparition de l'eglise éternelle de Olivier Messiaen.

Escribo más escuetamente de lo que debiera del que para muchos es uno de los órganos más bellos de Europa y único en el mundo que está situado en una esquina. Diseñado en1551 por Nicolas Bachelier este consta de tres teclados, 40 registros y 2621 tubos que han sido remodelados periódicamente en la historia tras sufrir la catedral varios saqueos, siempre intentando conservar su sonido original. Este se puede apreciar en la actualidad durante el festival de música sacra que tiene lugar anualmente cada verano. Junto al órgano la otra joya de la catedral es sin duda el coro donde los canónigos podían disfrutar de la sonoridad aislados de los peregrinos. La ornamentación de su sillería alterna el recogimiento con la tentación y la lujuria hasta el punto de poder encontrar una figura que parece representar la felación de un monje.

Otro elemento que llama la atención es un cocodrilo disecado, su origen no está claro aunque apunta a un exvoto traído por un peregrino desde oriente aunque para el escritor británico M.R. James su llamativa presencia junto al  conjunto de la catedral le dio la inspiración para escribir en 1895 el relato de horror Canon Alberic's Scrap Book en que narra la visita de un turista inglés que visitando el lugar es animado por el sacristán a comprar un antiguo manuscrito escrito por el abad Albéric de Mauléon. Este relato serviría  de inspiración a una composición musical de Kaikhosru Shapurji Sorabji que tituló He was laughing in the tower.












                                                     

                     Jean-Patrice Brosse y Michel Chapuis ante el órgano de la catedral




                 Ilustración del relato de M.R. James Canon Alberic's Scrap Book
                  

miércoles, 4 de septiembre de 2024

Del sonido que oímos al imperceptible. Dossier de la Revista Algo, 1971.


                                                    

Surgida en España a principios de los sesenta la revista Algo era una curiosa publicación quincenal que también se podía coleccionar en libros. Calificada por sus editores de divulgación, científica, técnica y cultural aunque a menudo que avanzaba cada vez tenía más contenidos de fenomenología parapsicológica y esotéricos como se puede ver en la portada de este número de 1971 que nos ocupa donde sin embargo también aparece anunciado un casi monográfico titulado Del sonido que oímos al imperceptible firmado por J.A. Lamich.

En sus páginas el autor nos lleva a lo que él presenta como "extraño mundo de la acústica" a través de incursiones en la acústica arquitectual, ultrasonidos, acústica submarina, electroacústica, timbre, afinación pitagórica, medidores de sonidos y propagación del sonido. Todo ello un año después de que Alvin Lucier en su disco "I'm sitting in a room" explorara las sucesivas frecuencias resonantes repetidas en un espacio desde los altavoces. No obstante, indagando he visto que el autor no tenía nada que ver con el entonces activo Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid y sí que su estudio de la condición acústica derivó cada vez más en temas de parapsicología y ocultismo, una combinación muy similar a la del artista y médium sonoro Carl Michael Von Hausswolff a través de sus interferencias de electrónica paranormal.







                                    Una amplia muestra de las páginas del artículo


No he podido resistirme a incluir también los dos anuncios que acompañan el artículo

miércoles, 21 de agosto de 2024

Apariciones estelares de Lene Lovich, de Cerrone a Hawkwind pasando por The Residents




Pese a su trayectoria anterior prácticamente todo el mundo conoció a Lene Lovich por su hit Lucky Number, un tema de línea mecanoide y excéntrica alineado a la new wave más novedosa que marcaba el año de su publicación (1978) y vista con simpatía pero en la distancia por el todo movimiento punk como les ocurriría sin ir más lejos a XTC. Su música nunca hubiera sido lo mismo tras la presencia de Les Chappell compañero sentimental y artístico a quien conoció en su adolescencia en Hull, por cierto en la misma localidad y época que lo haría Cosey Fanni Tutti con Genesis P- Orridge. También en estos años previos podemos encontrar dos actividades suyas como bailarina oriental en cabarets y grabando gritos en películas de terror que moldearían su imagen posterior. 

Se puede profundizar mucho más su carrera hasta nuestros días que sigue vigente con actuaciones y ediciones como la caja conjunta de cuatro discos que Cherry Red publicó recientemente y que se agotó en dos días pero hoy me gustaría incidir en el sorprendente listado de colaboraciones que arranca en 1976 con la autoría de la letra del hit de música disco Supernaure de Cerrone donde alerta de la mutación incontrolada de la ciencia. En un ámbito completamente distinto cuatro años después su inconfundible canto lo encontramos en el tema Picnic Boy incluido en el disco Commercial Album de The Residents que también contaba entre sus invitados a Andy Partridge de XTC, Fred Frith y Chris Cutler. Años más tarde de nuevo su voz en el tema Angela Android de Hawkwind en su disco de 2005 Take me to your leeder donde también aparece Arthur Brown otro adalid del rock histriónico. Mencionar también su papel como Madeline Usher en la opera rock The Fall of the House of Usher escrita por Peter Hammill y Judge Smith de Van Der Graaf Generator. Como se puede apreciar un elenco auténticamente estelar al que habría que añadir una colaboración con Hans Joaquim Roedelius cuyo disco Jardin Au Fou ella señaló como uno de los que más veces ha escuchado en su vida, una querencia a la que yo también me podría añadir.





  Arthur Brown y Lene Lovich





lunes, 5 de agosto de 2024

THE UNITS Synthpunk & High Performance



A Nite of Psycho Rock el evento que el promotor de conciertos Bill Graham organizó en el California Hall de San Francisco con tres bandas como Screamers, Tuxedomoon y The Units mostró aparte de que se podía hacer música electrónica con actitud punk, como poderla simultanear con pantallas en que se proyectaban filmes de los dos últimos grupos mencionados. Me centro en el caso de The Units, mucho menos referenciados que Tuxedomoon, una de cuyos miembros Rachel Webber tuvo relación con estos y que poco después junto a Scott Ryser serían el núcleo del grupo y los realizadores de Unit Training Film, un montaje variable de duración con viejas películas de contenido educativo, industrial o "home movies"en una vena similar a la que escasamente antes habían hecho The Human League en sus primeras actuaciones, posteriormente de manera magistral Tom Ellard en Severed Heads o antes en el terreno puramente cinematográfico por el realizador Bruce Conner. Es de destacar que gran parte de estas filmaciones fueron cedidas por el gran archivador de imágenes que es Rick Prelinger que además actuaba de proyeccionista en muchos de sus actuaciones, sobre él podéis profundizar más en este especial de Radio Web Macba. Esta mezcolanza de punk y arte de vanguardia se puede palpar en su primer disco donde intentan singularizar su portada con diferentes recortes tanto del fanzine Search&Destroy como de la revista High Performance.

Imágenes en que la propaganda institucional es subvertida o más bien parodiada con un sonido muy emparejado evidentemente a Devo, ambos compartieron una sonoridad de pop electrónico muy diferente a la europea que marcaría los años ochenta. En una entrevista Scott Ryser comentaba que el dueño de una tienda de instrumentos de San Francisco le dijo que él era la primera persona que se llevaba un minimoog de la tienda, sin duda este instrumento se introduce en las nuevas músicas como poco antes lo había hecho en el rock progresivo e incluso en la música negra y deja de ser algo solo al alcance de las grandes instituciones, aunque él siempre estuvo al tanto de toda la tradición experimental estadounidense de manera muy especial por el San Francisco Tape Center. 

Ya por último apuntar que en la década de los ochenta el grupo contó con la producción de Michael Cotten, teclista de The Tubes y nada menos que Bill Nelson de Be Bop Deluxe.
 






Diferentes ejemplos de posters de actuaciones compartidas por The Units, se podrían añadir otras tantas junto a otros ejemplos de la escena de S.F. como Rhythm&Noise o Zev


 


miércoles, 17 de julio de 2024

Fernando Pessoa, los monótonos sonidos del desasosiego

 



Un hálito de música o de sueño, algo que haga casi sentir, algo que haga no pensar.


El silencio que emana del sonido de la lluvia se extiende, es un crescendo de monotonía cenicienta, por la calle estrecha que observo.


Me creé eco y abismo, pensando. Me multipliqué profundizándome. El mínimo episodio -una alteración saliendo de la luz, la caída enrollada de una hoja seca, el pétalo que amarillo se desprende, la voz del otro lado del muro con los pasos del dueño de la voz junto a los que de quien debe escucharla, el portal entreabierto de la finca vieja,el patio dando acceso con un arco a las casas aglomeradas a la luz de la luna- todas estas cosas, que no me pertenecen, me aseguran la meditación sensible con lazos de resonancia y de saudade.


(Storm)
Sobra silencio oscuro lividamente. A su manera, cerca, entre el errar extraño y rápido de los carros, un camión truena-eco ridículo, mecánico, de lo que es realidad en la distancia próxima al cielo.
De nuevo, sin previo aviso, chorrea luz magnética, pestañeando. Golpea el corazón un breve trago. Se quiebra una redoma en las alturas, en grandes astillazos de cúpula. Un lienzo nuevo de mala lluvia agrede el ruido del suelo.



¡Qué mañana esta pena! ¿Y qué sombras de alejan? ¿Y qué misterios ocurrieron? Nada: el ruido del primer tranvía como un fósforo que va a iluminar la oscuridad del alma, y los pasos sonoros de mi primer transeúnte que son la realidad concreta diciéndome, con voz de amigo, que no esté así.






El sueño es el análisis lento de las sensaciones, ya sea usado como una ciencia atómica del alma, ya sea dormido como una música de la voluntad, anagrama lento de la monotonía.


Ese lugar activo de sensaciones, mi alma, pasea a veces conmigo conscientemente por las calles nocturnas de la ciudad, en las horas tediosas en que me siento un sueño entre sueños de otra especie, a la luz del gas, entre el ruido transitorio de los vehículos.
Fragmentos verbales de envidia, de lujuria, de trivialidad van a chocar contra mi sentido del oído. Susurrados murmullos ondulan hasta mi conciencia.


Cuando vine por primera vez a Lisboa, había en el piso de arriba del nuestro una música de piano tocada con escalas, aprendizaje monótono de una niña a la que nunca llegué a ver. Hoy descubro, por vías de infiltración que desconozco, que tengo todavía en las bodegas del alma. audibles si allá abajo alguien abre la puerta, las escalas repetidas al teclado de la niña, hoy señora diferente o muerta y encerrada en un lugar blanco donde verdean los cipreses.


Primero es un ruido que reproduce otro ruido, en la concavidad nocturna de las cosas. Después es un aullido vago, acompañado de un oscilar arrastrado de los letreros de la calle. Más tarde se hace de pronto un alto rugiente del espacio, y todo se estremece, y no oscila, y hay silencio en el miedo de todo esto como un miedo sordo que ve otro miedo ya pasado.


Cantaba con una voz muy suave, una canción de un país remoto. La música tornaba familiares las palabras desconocidas. Parecía un fado para el alma, pero no tenía con él el menor parecido.
La canción decía, por las palabras veladas y la melodía humana, cosas que están en el alma de todos y que nadie conoce. Él cantaba con una especie de soñolencia, ignorando con la mirada a los oyentes, en un pequeño éxtasis callejero.


Lisboa por Eli Latar




Hasta aquí una selección de extractos del Libro del Desasosiego de Fernando Pessoa, en que el sonido, el silencio, lo audible casi imperceptible y la música casi somnolienta, se impregnan en el mundo de Pessoa a través de un ambiente de tedio e indiferencia bajo un continuo desiderátum de aislamiento. Para narrarlo utiliza como es frecuente en su obra un heterónimo en este caso Bernardo Soares a quien conoce en un pequeño restaurante y comparten su interés en la revista Orpheu, que contaba de hecho con Pessoa como colaborador.

Para finalizar una ilustración musical en la plataforma en red de Disquiet, que recientemente ha recopilado unos temas de sonidos de Lisboa, LX(RMX) reconstruídos e inspirados en otro de los heterónimos de Pessoa como es Alvaro de Campos y que cuenta con otros de Steve Roden, Pedro Tudela o Robin Rimbaud. Años atrás el manipulador y ensayista sonoro Brandon LaBelle también hizo un trabajo en cassette basado en el Libro del Desasosiego.