jueves, 22 de diciembre de 2022

El omnipresente tocadiscos de La Maman et la Putain


Jean Eustache dirigiendo La Maman et la Putain





El Festival de cine de Cannes presentaba este año como uno de sus reclamos una versión restaurada del film La Maman et la Putain, el film de Jean Eustache de 1973 que en su estreno en ese mismo año causó la indignación de Ingrid Bergman presidenta del jurado que se preguntaba si Francia no tenía nada mejor que ofrecer habida cuenta que su otra película presentada era La Grand Bouffe. Tuvieron que pasar tres años para que en una visita del director a La Filmoteca de España esta se pudiera exhibir y muchos años después en 1994 de manera inesperada pudimos verla en la televisión gracias que Fernando Trueba la eligió en el programa Mi Película Favorita y de esa manera amigos y allegados pudieran grabarla en vídeo.

No voy a hablar aquí de las excelencias cinematográficas de unos de los mejores filmes franceses de la historia, si querría apuntar el papel que tiene la música para la que Eustache no llamó a ningún compositor, pues en el film solo oímos sonidos de tomas directas, unas veces el sonido de los coches de fondo mientras los protagonistas hablan en los cafés o deambulan por las calles parisinas y sobre todo el sonido de los discos que durante todo el film suenan desde el apartamento de Alexandre (Jean-Pierre Léaud) y Marie (Bernadette Lafont) y las visitas de Veronika (François Lebrun). La música que ellos oyen no tiene que ver con cantantes que podrían parecer afines como Barbara o Briggitte Fontaine, lo más contemporáneo es un disco de un concierto para grupo y orquesta de Deep Purple que escucha fundamentalmente Marie quien también protagoniza la escucha altamente emocionada de Les amants de Paris de Edith Piath (les amants de París couchent sur ma chanson...). Los momentos reflexivos un tanto histriónicos de Alexandre vienen marcados por el Requiem de Mozart al igual que le ocurriera a Leaud diez años antes en el corto de Truffaut Antoine et Colette donde el tocadiscos también tiene un lugar destacado en su apartamento aparte de su relación como trabajador en una fábrica de discos y oyente de sesiones del círculo de Pierre Schaeffer. 

El apartamento donde transcurre casi todo el film pertenecía a Catherine Garnier responsable del vestuario de la película y expareja del propio Eustache quien en una foto del rodaje se le puede ver junto al tocadiscos que sin duda le resultaría familiar. Sin duda el personaje de Alexandre es el alter ego del propio Eustache, no hay que olvidar que con François Lebron había tenido una relación y que el personaje del amigo más cercano que aparece en el film está basado directamente en su colega de dandismo diletante Jean Jacques Schuhl que ese mismo año publicaría su emblemática Rose Poussière, es tentador imaginarlos con sus foulards deambulando por sitios tan icónicos del París de entonces como Les Deux Magots, Café de Flore o Le Train Bleu.












Diferentes capturas del film La Maman et la Putain dirigida por Jean Eustache


Jean Pierre Léaud en el cortometraje de François Truffaut Antoine et Colette. 1962
                                                   
                                                   

      Jean Eustache en Les photos d'Alix (Alix Cléo Roubaud). 1980


viernes, 9 de diciembre de 2022

Música retinal, Alain Wergifosse y su nuevo cd Spectres & Neons



Han tenido que pasar veintitrés años desde que Alain Wergifosse publicara Deep Gray Organics para ver de él de nuevo en formato cd un nuevo trabajo con el título de Spectres & Neons. Publicado por el sello belga Transonic, encontramos sonoridades de lo más diverso originadas en su estudio o en las instalaciones agrupadas como Resonant Space surgidas sobre todo en su Bélgica natal después que dejara su residencia en Barcelona. La escucha es de lo más complaciente al igual que ocurriera con Deep Gray Organics,  desde la adictiva  degradación ambiental de su primer tema Getting There a las líneas minimalistas de órgano del último Organa Mantra pasando por cortes más inquietantes y estáticos como Drunken Moon. Se percibe en general una línea más pausada que sus directos, donde aprovechando los espacios utiliza un feedback ultraprocesado, complejas estructuras que, sin embargo,  presenta de manera distendida. En varios momentos este punto de tensión también se puede encontrar en el disco que interacciona sonido, luz y materia potenciando además por un libreto de veinte páginas con fotografías suyas de larga exposición de luces urbanas tomadas en movimiento, un territorio en los límites de la percepción, la frontera entre un resonante urbanismo ultramoderno de arquitectura transparente y sus rizomas subterráneos de degradación microbiana.

Casi coincidiendo con el cd, Alain ha presentado en el Festival Pléiades de Arte Digital en Saint Étienne las fotografías de esta serie Spectres & Neons que tienen todas el formato de un disco lp. Imágenes de luz policromática, unas veces intensificadas, otras degradadas, líneas de distorsión y desenfoque que también se pueden aplicar a su música, que para los que tenemos el placer de conocerlo desde hace muchos años seguramente nos aguarda sorpresas de insospechadas derivas quien sabe si algún día editadas que van casi desde contornos de muzak a improvisaciones de harmonías barrocas. 

La conexión e interés por su obra sigue siendo grande en nuestro país como demuestra dos documentos en forma de entrevista de gran valía para los que quieran profundizar en su obra: el especial que le dedicó  Josep María Soler en Morada Sónica y el artículo sobre él aparecido en el fanzine digital El Sueño editado por Ángel Lalinde. Aprovecho la ocasión para recomendar encarecidamente el reportaje que aparece en su último número sobre el Festival NOVA que tuvo lugar en Zaragoza en 1987 escrito por su propio organizador Javier Cinca, un singular acontecimiento del que casi podemos catalogar como Los Encuentros de Pamplona de la llamada "industrial culture" en los ochenta.

                                                    Spectres & Neons - Getting There

                                                     Spectres & Neons - Organa Mantra

Este equipamiento para un concierto suyo al aire libre me lleva al imborrable recuerdo de otro que tuvo en un Festival Côclea en la población ampurdanesa de Lladó durante el verano del 2001 donde incluso utilizó micrófonos de contacto en los árboles. En contraste con estos sonidos abajo lo podemos ver captando los de un artilugio industrial.



                                      Alain Wergifosse. Simultan Festival, Timisoara, 2019