El pasado mes tuve la noticia que Pop Group iban a actuar en Barcelona, una reunión más de las numerosísimas que podemos ver en festivales como el ATP o el Primavera Sound como es en este caso; repaso el resto del cartel y veo a gente de la llamada "hauntología" como Gary War o John Maus, los cuales me invade la curiosidad de ver y más en el entrañable Teatre de la Aliança del Poble Nou, todo junto un arrebato total de nostalgia. Pues bien tal posibilidad se fué al traste cuando te enteras que todas las entradas en forma de abonos de 150 euros yá están vendidas. Un ejemplo ilustrativo semejante a lo que apunta Simon Reynolds en su libro de que muchos grupos insignes de lo que fué el post punk cobran mucho más hoy en día que en sus momentos de mayor gloria, lo que deriva evidentemente que su público que puede pagar esos precios no es el mismo, como ejemplo nos cita la vuelta de otro de los grupos militantes Gang Of Four en que los vé en un Hard Rock Café, ambos grupos son habituales en festivales en que muchos grupos se convierten en los propios "curators" que seleccionan el cartel, como bien dice el subtítulo del libro, adicción de la cultura pop a su propio pasado.
La retromanía en música no es algo nuevo, pero nunca ha tenido tanta intensidad llegando como apunta el libro a la recreación no solo de grupos sino de eventos como los conciertos de la era Ziggy Stardust de David Bowie, el mítico concierto de los Cramps en un instituto mental o hasta incluso el Concerto for Voice&Machinery de Einsturzende Neubaten en el ICA londinense; más inaudito es si cabe la recreación de lugares como el legendario CBGB en forma de diorama.
Leyendo el libro evidentemente uno tiene la certeza de que el el pop se ha comido a sí mismo y desde luego parece que el rock&roll nunca muere y yá van siendo años, tantos que originan montones de museos-mausoleos y no solo en la parte "mainstream", los museos de arte moderno ahora regentados por directores en la frontera de edad de los cincuenta padecen una fiebre archivadora considerable como por ejemplo toda toda la producción paralela a los discos de Throbbing Gristle (cassettes, posters, publicaciones), otro de los de los grupos resucitados que en su vuelta a los estudios para grabar optan por una readaptación del disco de Nico "Desertshore", deberían considerar las palabras de un blog que les rinde tributo en su nombre, 20 Jazz Funk Greats:"Cuando los sonidos pasados suenan más futuros que los presentes, el revival se hace progresivo".
Los fantasmas de futuros pasados que impregnan gran parte de los grupos "hauntologistas" ocupan parte de lo que el considera futuro, pero aquí de nuevo nos encontramos con una extraña mutación del post rock más tardío, si estos reverenciaban el krautrock alemán, los actuales parecen extraídos del catálogo de Sky Records, es decir la misma evolución que tuvo en Alemania tres décadas después.
Ante tal panorama los críticos musicales ya casi no nos descubren ningún grupo ni corrientes nuevas en sus libros, Simon Reynolds sabedor de esto abunda más en la parte sociológica, conectando todo tipo de cosas en la línea de gente como Simon Frith o Diederich Diederichsen. Anteriormente había escrito Rip it Up an Start Again sobre el post punk entre 1978 y 1984 (su época musical favorita) y "Después de la Música" su único libro traducido al español por la muy recomendable editorial argentina Caja Negra que pronto editará Retromanía, un brillante y entretenido análisis de la cultura del recuerdo y el reciclaje.
Como ilustración de todo, un video de Ariel Pink en que parecen poseídos por Nazz y la cuadratura del círculo: la recreación del futurista Pabellón Philips, incluído el Poème Electronique de la Exposición Universal de Bruselas de 1958 creado entre Le Corbusier, Edgar Varèse y Iannis Xenakis recreado recientemente en Turín ( como curiosidad al final aparece asombrado Andrés Lewin-Richter que había sido asistente de Varèse).