jueves, 24 de noviembre de 2016

Roma revivida



A los pocos días de estar recientemente en Roma, diviso a lo lejos el Gasómetro que tendré practicamente al lado al visitar la Centrale Montemartini y revivo mi estancia en esta ciudad hace ya más de cuarenta años, concretamente en mayo de 1975 en un memorable viaje de fin de estudios en que pudimos ser un poco testigos de un tenso ambiente de glamour y violencia como un accidentado pase de Viridina, todavía entonces prohibida en España, amenazada por grupos ultra y con gran despliegue policial en las afueras del cine. Un ambiente tóxico con cruces de intereses entre altos cargos policiales, CIA, neofascistas y Mafia que coincidiría con el oscuro asesinato de Pasolini en el hidropuerto de Ostia, pienso en él por un momento en que estoy en la Stazioni Termini, donde fue visto por última vez, llena de soldados y policía vigilando ahora otro tipo de amenazas.

Este climax caldeado de 1975 marcó de alguna manera por ejemplo los actos de violencia en los conciertos de la gira italiana de Lou Reed, aunque la  irresistible belleza de la ciudad también podía generar ambientes más plácidos como el Canti e Veduti del Giardino Magnetico de Alvin Curran o esa maravilla de Mina, L'Importante è finire, una decadente canción de amores impuros con una sutilísima instrumentación de caja de ritmos, órgano Hammond y minimoog que tamizaba sensualmente todo el dial romano.




                                            Interiores y exterior de la Centrale Montemartini



Palazzo Altemps. Fotos: Azucena de Yngunza


domingo, 13 de noviembre de 2016

Luis Carandell, Piano-Phase para un atentado en Celtiberia Show

                                         Carles Santos en Acció Santos de Pere Portabella

                                         El disco We de Luis de Pablo grabado durante 1970


Viendo el otro día la película Geometría del esplendor dedicada a Esplendor Geométrico, me pareció muy oportuno el apunte que hacía el periodista Yago García acerca de que la formación madrileña contaba en su primera época con una reacción muy cercana del espíritu de las crónicas del Celtiberia Show, decir por si hace falta, que bajo ese título estuvo publicada una columna semanal que el periodista Luis Carandell efectuaba sobre el acerbo estrafalario hispano en la revista Triunfo y que en 1970 se condensó en un libro con el mismo título. El ambiente de radicalidad que muchas veces provoca situaciones de caos que tensan a los organizadores y regocijan al público está plasmado perfectamente en la jugosa crónica que hizo sobre un concierto organizado en Madrid en 1970 por ALEA bajo la dirección de Luis de Pablo, teniendo como invitado a Carles Santos ejecutando la pieza Piano Phase de Steve Reich la cual reproduzco a continuación:

Mi-Fa sostenido-Si-Do sostenido-Re-Fa sostenido-Mi-Do sostenido-Si-Fa sostenido-Re-Do sostenido.
Son las siete de la tarde del lunes 9 de marzo de 1970 en el salón de actos del Instituto Francés de Madrid. El pianista Carlos Santos está sentado frente al gran cola sin moverse mientras se escuchan las notas de la partitura Piano-Phase, de Steve Reich, en la cinta magnetofónica, junto al piano. Hay un silencio total en el público "selecto" que llena la sala para escuchar, con ese aire minoritario y transcendente de los asiduos filarmónicos ("esto no es para todo el mundo"), el concierto organizado por el Grupo ALEA que dirige Luis de Pablo. Tras la pieza de Reich, se anuncia en el programa Sequenza IV, de Luciano Berio y el estreno en España de Movil II, de Luis de Pablo, concierto para dos pianistas en un solo piano.
Mientras tanto, un grupo de "underground" barceloneses, que han llegado acompañando a Carlos Santos, provistos de cámaras cinematográficas, tomas planos del pianista inmóvil. Hacia las ocho menos cuarto, tras quince minutos de  incansable repetición del tema de cinco notas, sin variación alguna, Carlos Santos pone las manos en el teclado y repite una vez más:
Mi-Fa sostenido-Si-Do sostenido-Re-Fa sostenido...
Retrasándose y adelantándose respecto de su propia interpretación en la cinta, que sigue tocando, el pianista inicia levísimas variaciones del tema, que, sin embargo, sigue repiqueteando, monótono, en los oídos del público.
Son las ocho. La gente empieza a moverse en los asientos. Los cámaras han encendido ahora las luces que enfocan la sala y filman los rostros inquisitivos de los asistentes.
-Vamos a salir en la "tele"-dice una señora.
-A este paso no habrá tiempo para el concierto de Luis de Pablo-murmura un caballero.
El pianista francés, blanco y espiritual, asoma de cuando en cuando la cabeza por la puerta de los camerinos. Ha llegado de París en avión ex profeso para este concierto, y se está dando cuenta que no podrá tocar.
Las ocho y media. Carlos Santos lleva una hora en el escenario. La gente se impacienta. Algunos sacan un libro del bolsillo, otros dibujan en el reverso del programa. Frases a media voz: "¿Estará en trance?" "Yo creo que a las nueve terminará", "Pues a mí me parece que está decidido a quedarse hasta que le echen", "Je crains una réaction violente"
Mi-Fa sostenido-Si-Do sostenido...
Una señora le dice a su acompañante: "Ofréceselo a Dios, María"
Se levanta en estas un muchacho del público y, coloca´ándose al lado de Carlos Santos, empieza a aporrear las notas del piano. "¡Psicópata¡", grita uno desde atrás. Se desvanece el sentido reverencial de la buena música. La gente se pone en pi, deambula por la sala. Algunos de marchan. No muchos. Quieren ver como termina aquello. Frases a voz en grito: "¡Un atentado! ¡Un verdadero atentado!". Cuando una anciana confusa, abandona la sala, alguien le dice: "¿No le gusta a usted señora?" (risas). Pequeño diálogo de centralistas: "¡Catalán tenía que ser el pianista!". "No es catalán, es de Castellón". "¡Peor!". Isabel Martinez la secretaria de ALEA, va de un lado a otro de la sala, perdida: "¡Qué sofoco!". Un gamberro: "¿Quién viene a tomar un vino?".
Las nueve.
Se han levantado dos muchachos para ir a aporrear a su vez el piano a ambos lados de Carlos Santos. "¡Qué vandalismo!", oigo decir. El pianista, es conveniente aclararlo, no improvisa nada. La pieza de Steve Reich es así, una pieza sin fín, aunque estba previsto que se terminara con un tiempo suficiente para que el pianista francés pudiera interpretar la Sequenza IV y ambos pianistas el concierto a cuatro manos, estreno en España, de Luis de Pablo.
Mi-Fa sostenido-Si-Do sostenido...
Por fin, a la hora y tres cuartos, es decir, hacia las nueve y cuarto, se levanta un joven con barbita. Cruza la sala a grandes pasos en dirección al piano y cierra violentamente la tapa. Así termina el concierto. Un coro de contestatarios grita grita: "¡Bis, Bis!". Los cámaras "underground" filman la confusión de la sala. Luis de Pablo, descompuesto, en el pasillo de los camerinos, se acerca con Carlos Santos, le afea la conducta. El Movil II del reputado compositor español se queda sin estrenar. El crítico Fernandez Cid murmura: Intolerable, intolerable". Entran los contestatarios musicales madrileños a felicitar al intérprete terrorista de Castellón. El pianista francés, blanco y espiritual, dice que no se marcha sin tocar Sequenza. Luis de Pablo sale al escenario y pide al público que se quede un poco más. La pieza de música concreta suena a Chopin después de la "contestación" de Carlos Santos después de la Piano-Phase para un atentado, que golpeó los oídos de los asistentes durante casi dos horas en el salón de actos del Instituto Francés de Madrid:
Mi-Fa sostenido-Si-Do sostenido-Re-Fa sostenido...

No me resisto a incluir a continuación algunos otras muestras del Celtiberia Show y de la revista Triunfo más o menos en el mismo año que el concierto.

    LP del metapsicólogo español Manuel Rapallo Ronco grabado en Perú

                                     Junta de la presidencia del club de fans de Raphael





                                          Portadas y anuncio de la revista Triunfo en 1970