Yukihiro Takahashi con YMO en el Hurrah de New York,1979. Foto Ebet Roberts. (Getty Images)Meltdown Festival, 2008. Foto Kerstin Rodgers. (Getty Images)
Sigue una fatídica racha de músicos que nos dicen adiós, muchos de gran calado personal. Me gustaría dedicar un sentido recuerdo a Yukihiro Takahashi que falleció el pasado mes en la localidad japonesa de Karuizawa. Como me ha ocurrido en otras ocasiones fue a través de la revista Popular 1 la que me llevó por primer vez a saber algo de él como miembro de Sadistic Mika Band en un reportaje que cubría una actuación en 1975 de Roxy Music en que los nipones actuaban de teloneros. Por aquel entonces el conocimiento que había en occidente del rock japonés era prácticamente nulo y solo habían rumores de su potente escena underground mientras que en el ámbito electrónico solo había trascendido la figura de Isao Tomita hasta que apareció Yellow Magic Orchestra, una formación heredera y muchas veces comparada a Kraftwerk caracterizada en su caso por practicar un tecno pop no destinado especialmente al baile con una técnica instrumental antigua en su ejecución pese a su deslumbrante equipo que les permitía una gran versatilidad en la cual Yukihiro Takahashi se encargaba de la batería complementada eso sí con novedosas cajas de ritmo como se puede apreciar en dos filmaciones fantásticas de esa época en Estados Unidos como su concierto junto a The Tubes en el Greek Theater de Los Angeles o en el legendario programa Soul Train.
Teniendo en cuenta que los primeros discos de YMO se conseguían en España de importación, es sorprendente como sí se editaron dos de los tres primeros discos de Yukihiro Takahashi incluso con estreno europeo como fue el caso de Neuromantic en 1981 con el añadido de una etiqueta exterior con el reclamo de "Música del sol naciente". El disco es una obra maestra de pop electrónico a lo que no es ajeno los añadidos de músicos como Phil Manzanera, Andy Mackay o Tony Mansfield con Steve Nye (Penguin Cafe Orchestra) como ingeniero de estudio más el añadido de programación electrónica de Hideki Matsutake que ese mismo año comenzaría su proyecto de Logic System y sus dos compañeros en YMO quienes también en las mismas fechas lanzan sus disco BGM evocado incluso en una de las letras del disco. El origen de las fotos también es de altura, Masayoshi Sukita autor de la portada del Heroes de David Bowie y Sheila Rock una de las mejores fotógrafas de toda la escena punk.
El título del disco podía ser un guiño al movimiento nuevo romántico inglés aunque Takahashi pese a haber diseñado moda estaba bastante alejado de lo estrafalario, su mayor excentricidad era su vestimenta Mao que podía alternar con una sobriedad dandy tipo Charlie Watts. Se ha especulado también como yo pensaba que la exitosa novela cyberpunk Neuromancer de William Gibson estuviera originada por el disco teniendo en cuenta además que está ambientada en un Tokio distópico ambientado por sonidos orbitales y hologramas inertes. De hecho la mayor conexión estaría en Yukimasa Okumura director artístico del disco que posteriormente ilustraría todas las ediciones japonesas del escritor norteamericano que incluso aparecería hablando de fondo en el tema de YMO Foating Away de su disco de 1993 Technodon.
La trayectoria de Takahashi ha estado marcada tanto por su destreza con la instrumentación electrónica que le llevó incluso a diseñar sonidos pre grabados para sintetizadores Casio como un sin fin de colaboraciones en el ámbito de eso que se ha llamado art rock como fueron las efectuadas con Bill Nelson y muy especialmente Steve Jansen de Japan. Mención aparte merece el proyecto de Sketch Show junto a Haruomi Hosono una sutil amalgama de instrumentos acústicos modulados digitalmente casi en forma de glitch, una especie de mezcla de Caetano Veloso y Oval como pudimos ver en el Sonar 2003, su primera aparición conjunta europea tras veinte años. Fue emocionante verlos tan relajados y próximos en una carpa exterior con una propuesta absolutamente singular en el entorno del festival.
William Gibson Neuromancer, portada de la edición japonesa a cargo de Yukimasa Okumura