viernes, 31 de diciembre de 2021

Les Paul y David Bowie, conjunción de Luna y Marte en el último día del año


                                         


El último día de este año viene acompañado por la conjunción de Luna y Marte. Nada mejor que acompañar este tránsito celeste con evocaciones de David Bowie (Life on Mars?) y Les Paul (How high the moon) de cuya invención de guitarra The Spiders of Mars nunca quisieron desprenderse para, como dice la letra de Life on Mars, sugerir extraños shows en salones de baile con pantallas plateadas.

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sábado, 18 de diciembre de 2021

THX 7121, electrónica alfanumérica de escape




En la recta final de este año el sello Novak tras un año de lo más prolífico lanza un proyecto  THX 7121 concebido por su director Luciano Álvarez y basado en el aniversario de los cincuenta años del primer film de George Lucas THX 1138, una cinta de culto que aborda una distopía que como en toda amanaza global o nuclear deriva en un mundo subterráneo en que una comunidad hipertecnológica está sometida a diferentes inhibidores de control en la que su protagonista THX protagoniza una huida para escapar de un posible coma inducido.  Tras encontrar en internet un dinámico y fiel montaje reducido del film de catorce minutos Luciano propuso acompañarlo con un acompañamiento sonoro, una selección que finalmente a corrido a cargo de cuatro músicos nacidos en décadas diferentes: Refectori, Ó Paradis, Fermín Durán y yo mismo que sería el más longevo. He de decir que al principio dudé mucho de aceptar la invitación pues estoy bastante sensibilizado al hecho de que no me gusta que la gente sustituya bandas sonoras a películas que ya las tienen, algo que ha ocurrido mucho los últimos años con incluso excelentes composiciones originales como es el caso de esta cuyos responsables eran Lalo Schifrin y nada menos que Walter Murch el destacado diseñador de sonido de películas como La Conversación que en esta cinta intentó de reflejar una posible sonoridad digital, todo un reto de algo que por entonces no existía. Sin embargo, fui convencido de que se trataba no de suplantar la banda sonora original sino este montaje que en gran parte tiene una entidad propia.

Siempre me ha llamado la atención como para mucha gente la música electrónica va de la mano de ambientes de ciencia ficción, es cierto que por ejemplo en la época en que se rodó THX 1138 otros filmes como Clockwork Orange, Andromeda Stein o Phase IV tenían destacados soundtracks con música o tratamientos de instrumentación electrónica pero en mi caso pese a gustarme mucho el género no creo que esté muy presente en las composiciones. De hecho del film de Lucas no me ha motivado tanto su clara anticipación a los mundos distópicos actuales sino los recursos y ambientación localizados en el área de San Francisco que en aquellos momentos del rodaje de la película (1969-1971) contaban con estructuras ciertamente futuristas como el metro Bart (Bay Area Rapid Transit) o el Main Country Civic Center construido por Frank Lloyd Wright. Otro elemento a destacar es el pelo rapado no solo de los protagonistas, sino de todos los figurantes difíciles de encontrar aún en el declieve del hippismo para lo que se decidió acudir a pacientes del centro de rehabilitación de drogas Synanon posteriomente apuntada como sociedad destructiva, curiosa coincidencia con las escenas de bloqueo mental de la película. Tampoco se tuvo que transformar centros de computerización ya existentes ni el ideario cibernético tan presente en la costa oeste derivado o más bien transgiversado posteriormente en una cibervigilancia a veces no muy alejada del totalitarismo tecnocrático que presenta el film.



                                                                                                                

                                                                              
                                                                           
                                                          

                                       

 
                                             

                                           
               Electronic Labyrinth THX 1138, cortometraje previo al film


    El pujante urbanismo futurista de San Francisco recogido en la prensa de 1971      

                                                     

JAVIER HERNANDO / THX 7121 (NVK127) from NØVAK on Vimeo.

lunes, 6 de diciembre de 2021

La estela sonora de The Mask of the Red Death



Desde que el compositor francés André Caplet adaptara  a principios del siglo XX el relato The Mask of The Red Death de Edgar Allan Poe han habido posteriormente varias composiciones basadas en este mismo cuento además de la ingente cantidad de otros discos inspirados en otros libros del escritor norteamericano quien creía que la música era la máxima expresión poética del mundo sobrenatural. Otro tipo de registros que también ha originado han sido un sinfín de  los discos "spoken word" en que voces profundas y resonantes como Basil Rathbone, James Mason o Vicent Price eran activadas desde las agujas de zafiro de los primeros flamantes tocadiscos que amenizaban los salones de las casas americanas en la posguerra. 

En cierta manera es en esta tradición que se puede enmarcar la última edición del net label  Fortín Artesonoro dirigido por Sarah Vacher. Un año después de que en este mismo sello el artista plástico y sonoro Pedro Linde recreara la voz de Jim Morrison a través de sus Lizard King Poems, en esta ocasión afronta de la recreación de The Mask of the Red Death partiendo de una locución hecha en 2008 por Chuck Brown a la que el compositor y artista plástico jienense ha sometido a diferentes procesos con el complemento de música electrónica y electroacústica. A todo ello se ha añadido una versión de vídeo con subtítulos que permite seguir con gran realce la trama. Ambas versiones son a la vez refinadas y perturbadoras con unos fundidos y envolventes muy acordes a las estancias de este castillo donde los invitados de Próspero son amenizados por bufones, bailarines y músicos embriagados por un vino que acompaña la oscuridad y decadencia.

Poe escribió este relato en 1842 bastante angustiado por los estragos que la peste bubónica y el cólera estaban teniendo a su alrededor, los remedios como los enemas de humo de tabaco o pastillas de mercurio no estaban para nada neutralizando la creciente cantidad de víctimas lo que llevó a una gran reclusión de la población. Este hecho según los estudiosos de su obra marca The Mask of Red Death y a su vez ha querido ser vista como parábola a todas las pandemias, Covid incluida, que han surgido desde entonces, una sensación que tuvo William Burroughs del que existe una narración y muy especialmente Diamanda Galás a través de su trilogía The Mask of the Red Death en que denuncia toda la hipocresía y pasividad ante el avance del SIDA y que se pudo ver en 1989 con su memorable actuación en el Teatre L'Aliança del Poble Nou de Barcelona en que los espectadores de la primera fila supongo no olvidarán la proximidad del cuchillo que ella esgrimía sobre sus cabezas. Su voz hacia la invisibilidad del sufrimiento le ha llevado en plena pandemia a la instalación sonora Broken Gargoyles presentada en unas ruinas de Hannover iluminadas de rojo escarlata que sirvieron como cuarentena a quienes parecieron la peste negra y la lepra en la Edad Media.





E.A. Poe en las voces de Marianne Faithfull, Iggy Pop, Gavin Friday, Deborah Harry y Diamanda Galás





Pedro Linde - The Mask of the Red Death. Fortín artesonoro, 2021.