viernes, 12 de junio de 2015

Buñuel electrificado, ruidos y música infernal





Hace poco un pase televisivo de Viridiana me recordó algo que había olvidado, como es el hecho de que su insólito final viniera acompañado con música de rock and roll a cargo de Ashley Beaumont con un tema llamado Simmy Doll, algo que volvería a repetir en otro final antológico como es en Simón del desierto en este caso con el grupo mejicano The Sinners ejecutando Carne Radioactiva en un electrificante concierto que la protagonista Silvia Pinal califica como "el baile final", la escena es precedida por el ruido de los rascacielos neoyorkinos que han sustituido la alta columna donde meditaba el santo Simón, curiosamente dos años antes en 1963 Kenneth Anger en su filme Scorpio Rising pervertía la pantalla con unos jóvenes motoristas rockeros siguiendo a su líder que es simultaneada con los discípulos siguiendo a Jesucristo, la singularidad de estos dos finales pueden acaso entenderse por la aversión que sentía  al rock como se puede ver en este extracto:

¿Se imaginan ustedes lo que debe haber sido el silencio en la Edad Media? Salía usted del pueblo o de la ciudad y a los pocos pasos se hallaba el silencio, o los sonidos naturales, que son maravillosos: el canto de los pájaros, el de las cigarras, o el rumor de la lluvia. Eso lo hemos perdido en nuestra época. Hay un instrumento infernal, que podía realmente haber inventado el diablo, o un enemigo de la humanidad: la guitarra eléctrica. Qué época diabólica la nuestra: la multitud, el smog, la promiscuidad, la radio,etc. Yo volvería encantado a la Edad Media, siempre que fuese antes de la Gran Peste del siglo XIV. (Buñuel por Buñuel, Tomás Pérez Turrent/José de la Colina)

Es sabido que en general a los surrealistas les interesaba poco la música y por ello poco profundizaron en ella, pese a ello Buñuel desde el principio empezó a considerarla, así pese a que Le chien andalou es muda, contaba con instrucciones para sus pases que incluían disco de tango y pasajes de Tristan e Isolda que se repetirían en un filme clave en los inicios del lenguaje cinematográfico como es  L'Age D'or junto a otro elemento recurrente como son los tambores de Calanda o absurdos conciertos a los que acude la clase burguesa. Sin embargo con el paso del tiempo la música fue añadida con desgana, obligada en gran parte por los acuerdos de la industria cinematográfica mejicana. En su regreso a Europa contó en sus filmes españoles con el músico Gustavo Pittaluga que había pertenecido al Grupo de los 8 muy influenciados por el grupo parisiense Les Six y ya en Francia el técnico de sonido Guy Villette materializó el creciente interés de Buñuel por los ruidos en contraste con la música, algo que tenía evidentemente mucho que ver con su sordera que le hacía muy bien apreciar las bajas frecuencias, en este período seguirían apareciendo obsesiones sonoras del mundo buñueliano como las campanas, los pianos o los tocadiscos.


 Collage aparecido en el estudio La música en el cine de Luis Buñuel por Rafael Gabás Arcos


                                                        Fotograma de Scorpio Rising



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