Foto Azucena de Yngunza
Para cualquiera que visite la Val D'Aran después de visitar sus encantadores pueblos que surgen a lo largo del cauce del Río Garona con sus atractivas iglesias, los bosques de hayedos y abetos o las praderas rodeadas de imponentes picos es recomendable traspasar la frontera francesa y sin dejar tierras occitanas encontrar un terreno igualmente bucólico pero mucho más plano hasta que a poco más de 30 km aparece en un promontorio la catedral de Saint Bertrand Comminges. Sorprende ver semejante edificación en una población de apenas 200 habitantes y uno queda irremediablemente encandilado. Por fin he podido visitarla después de que en abril de 1976 me tuviera que conformar en verla por fuera y con un viaje de vuelta a Vielha bastante tumultuoso donde tras hacer auto stop con compañeros de instituto una fuerte tormenta nos hizo cobijarnos en la zona fronteriza del Pònth deth Rei. De improviso entre los árboles nos abordó una dotación de la guardia civil fuertemente armada, tras un interrogatorio nos comentaron que semejante despliegue estaba causado por la reciente fuga de los 29 presos políticos que se fugaron de la cárcel de Segovia y de inmediato nos subieron en unos jeeps para dejarnos en el mismo Vielha. Tras reponernos de semejante sobresalto decidimos acudir a una discoteca que había el el Hotel Urogallo, nunca olvidaré que nada más entrar estaba sonando Vicious de Lou Reed. La discoteca me comentan hace mucho tiempo que no existe, por el contrario la catedral con su imponente órgano podría ser perfectamente L'apparition de l'eglise éternelle de Olivier Messiaen.
Escribo más escuetamente de lo que debiera del que para muchos es uno de los órganos más bellos de Europa y único en el mundo que está situado en una esquina. Diseñado en1551 por Nicolas Bachelier este consta de tres teclados, 40 registros y 2621 tubos que han sido remodelados periódicamente en la historia tras sufrir la catedral varios saqueos, siempre intentando conservar su sonido original. Este se puede apreciar en la actualidad durante el festival de música sacra que tiene lugar anualmente cada verano. Junto al órgano la otra joya de la catedral es sin duda el coro donde los canónigos podían disfrutar de la sonoridad aislados de los peregrinos. La ornamentación de su sillería alterna el recogimiento con la tentación y la lujuria hasta el punto de poder encontrar una figura que parece representar la felación de un monje.
Otro elemento que llama la atención es un cocodrilo disecado, su origen no está claro aunque apunta a un exvoto traído por un peregrino desde oriente aunque para el escritor británico M.R. James su llamativa presencia junto al conjunto de la catedral le dio la inspiración para escribir en 1895 el relato de horror Canon Alberic's Scrap Book en que narra la visita de un turista inglés que visitando el lugar es animado por el sacristán a comprar un antiguo manuscrito escrito por el abad Albéric de Mauléon. Este relato serviría de inspiración a una composición musical de Kaikhosru Shapurji Sorabji que tituló He was laughing in the tower.
Jean-Patrice Brosse y Michel Chapuis ante el órgano de la catedral
Ilustración del relato de M.R. James Canon Alberic's Scrap Book
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