El encuentro con la casete en los espacios del arte de vanguardia en España
Nacho Criado, ¿Es la memoria una estrategia del tiempo?
Hace apenas una semana en el muy recomendable espacio Culturas Sonoras que dirige José Iges a través de You Tube se emitió un especial dedicado a la Autoproducción de Casetes en España en la que contó como invitados a Andrés Noarbe y Francisco Felipe, este último fue de hecho cofundador con el propio Iges del programa Ars Sonora en su primera etapa comenzada en 1985, prácticamente la edad de mayor apogeo de toda esta escena analizada en el programa. Bienvenido sea este interés en los círculos de lo que podíamos llamar música culta de vanguardia o si se prefiere arte sonoro a esta escena que incluso ha llegado a estar presente en exposiciones tan destacadas como Desacuerdos en el MACBA (2005), Escuchar con los Ojos- Arte Sonoro en España en diversos espacios de La Fundación Juan March durante 2016 o Audiosfera-Experimentación Sonora 1980-2020, Museo Reina Sofía (2020), un recorrido auditivo amplísimo propuesto por Francisco López con gran protagonismo de la "home music network" de la casete. Con todo ello no habría que ocultar una realidad como es que la escena de músicos y creadores de estos sellos independientes no solo huían de lo comercial sino también de lo académico, no teniendo presencia en lugares como la Fundación Phonos en Barcelona o el Gabinete de Música Electroacústica de Cuenca y solo figuras como Eduardo Polonio podía alternar ambos ambientes con la naturalidad que le caracterizaba.
No obstante desde este distanciamiento me gustaría apuntar algo que quizás no es tan conocido como son muestras del uso del formato de casete en los círculos de arte de vanguardia en este país. A este respecto me gustaría evocar la visita que hice en 1983 a la exposición Fuera de Formato en Madrid junto a Francisco Felipe (La Otra Cara de un Jardín) quien en sentido inverso al que comentaba de Eduardo Polonio había establecido contacto con algunos artistas de arte sonoro que encontraron en esta exposición quizás el mejor aparador que habían tenido desde Los Encuentros en Pamplona. En su recorrido me llamó poderosamente la atención la obra de Nacho Criado ¿Es la memoria una estrategia del tiempo?, fechada en 1975 su Menjíbar natal en la que aparece su cara enfundada bajo un tupido fuertemente arenoso acompañado de un reproductor de casete y micrófono prácticamente esculpidos, un intento en cierta medida de objetualizar la música como lo fue años después Pieza para Piano de Javier Maderuelo, destinada una galería de arte como lo fue también la serie Tibidabo de Dieter Roth una caja de 24 casetes para la Galería Cadaqués en 1978 que bien merece resaltarse en otro momento.
Grabación del sonido producido por dos automóviles en 1973 entre Madrid y El Escorial
Ferrán García Sevilla. Redundància sonora. 1971
Antoni Muntadas en una de las recopilaciones de Audio Arts, 1978
Proyecto conjunto del artista Zush y músico Tres presentado en la Galería Metrònom
Una selección de la escena española de casetes de los ochenta en la exposición Escuchar con los ojos, Arte Sonoro en España. Fundación Juan March Madrid 2016
Interesante recensión sobre esa fértil época en que buscábamos y descubríamos formas autónomas de creación y de difusión, con medios escasos pero mucha inventiva y frescura.Para mí, entre dos mundos, eran importantes las referencias, una de ellas, ZAJ, y Nacho Criado, con quien allá por ese 1983 al socaire del imprescindible Espacio Pincluso ideamos un proyecto de espacio para las artes. En aquellos tiempos el arte y la creación sonora se entrecruzaban, así la instalación y acción de Nacho en uno de los Festivales de la Libre Expresión Sonora que organizaba Llorenç Barber y en los que tuve el privilegio de colaborar, en una época en que el colectivo musical Elenfante estaba muy activo, mientras que la música experimental electrónica industrial de las afueras del rock y del postpunk iba por su camino, algunos, entre quien es te incluyes, Javier, teníamos puesto un pie en cada uno de esos mundos; para mí fue fundamental precisamente la relación con Andrés Niarbe, con Esplendor Geométrico, con Francisco López, con Macromassa, contigo, y también con Emiliano del Cerro, José Iges, Javier Maderuelo, Bartolomé Ferrando, Fátima Miranda, grupos como Flatus Vocis, Glotus, Orquesta de las Nubes supusieron un oasis frente al ámbito de la cultura oficial del momento, tanto la academicista como la de La Movida. Lo que hacíamos sin embargo iba por otros derroteros, cada cual por el suyo pero algo que nos unía a quienes con nuestra obra estábamos fuera tanto de la música "culta" como de sus alternativas más imaginativas, era la ruptura con cualquier sistema y la voluntad de dar a conocer nuestro trabajo por otros circuitos. obviamente estos no eran campos disociados, lo muestras en tu texto y yo en las referencias que indico a vuela pluma.Tanto el podcast de José Iges como tu reflexión contribuyen a la reflexión sobre lo que aquel movimiento autogestionario de creación y difusión supusieron. Un abrazo desde mi jardín.
...tampoco es posible olvidar el papel que en aquellos momentos, y después, desempeñaron creadores como Rafael Flores, Miguel Molina, Marcelo Expósito, Luis Mesa, Miguel Ruiz... una larga nómina. Imprescindibles los análisis que algunos han realizado
Muchas gracias a ti Frank por ampliar esta semblanza desde tu experiencia pienso que única al alternar tanto la escena de creación sonora en el arte de vanguardia como en el mundo de la autoedición e intercambio de casetes. Igual algún día tus reflexiones escritas como las pronunciadas en algún encuentro puedan ampliarse quizás en un libro por no hablar de reanudar tus grabaciones.
Interesante recensión sobre esa fértil época en que buscábamos y descubríamos formas autónomas de creación y de difusión, con medios escasos pero mucha inventiva y frescura.Para mí, entre dos mundos, eran importantes las referencias, una de ellas, ZAJ, y Nacho Criado, con quien allá por ese 1983 al socaire del imprescindible Espacio Pincluso ideamos un proyecto de espacio para las artes. En aquellos tiempos el arte y la creación sonora se entrecruzaban, así la instalación y acción de Nacho en uno de los Festivales de la Libre Expresión Sonora que organizaba Llorenç Barber y en los que tuve el privilegio de colaborar, en una época en que el colectivo musical Elenfante estaba muy activo, mientras que la música experimental electrónica industrial de las afueras del rock y del postpunk iba por su camino, algunos, entre quien es te incluyes, Javier, teníamos puesto un pie en cada uno de esos mundos; para mí fue fundamental precisamente la relación con Andrés Niarbe, con Esplendor Geométrico, con Francisco López, con Macromassa, contigo, y también con Emiliano del Cerro, José Iges, Javier Maderuelo, Bartolomé Ferrando, Fátima Miranda, grupos como Flatus Vocis, Glotus, Orquesta de las Nubes supusieron un oasis frente al ámbito de la cultura oficial del momento, tanto la academicista como la de La Movida. Lo que hacíamos sin embargo iba por otros derroteros, cada cual por el suyo pero algo que nos unía a quienes con nuestra obra estábamos fuera tanto de la música "culta" como de sus alternativas más imaginativas, era la ruptura con cualquier sistema y la voluntad de dar a conocer nuestro trabajo por otros circuitos. obviamente estos no eran campos disociados, lo muestras en tu texto y yo en las referencias que indico a vuela pluma.Tanto el podcast de José Iges como tu reflexión contribuyen a la reflexión sobre lo que aquel movimiento autogestionario de creación y difusión supusieron. Un abrazo desde mi jardín.
ResponderEliminarGlotis, no Glotus...
Eliminar...tampoco es posible olvidar el papel que en aquellos momentos, y después, desempeñaron creadores como Rafael Flores, Miguel Molina, Marcelo Expósito, Luis Mesa, Miguel Ruiz... una larga nómina. Imprescindibles los análisis que algunos han realizado
EliminarMuchas gracias Javier por estas documentadas y necesarias puntualizaciones. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias a ti Frank por ampliar esta semblanza desde tu experiencia pienso que única al alternar tanto la escena de creación sonora en el arte de vanguardia como en el mundo de la autoedición e intercambio de casetes. Igual algún día tus reflexiones escritas como las pronunciadas en algún encuentro puedan ampliarse quizás en un libro por no hablar de reanudar tus grabaciones.
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