Curiosamente la trayectoria en solitario de Adrià y Anki esta precedida en sus comienzos a la pertenencia a dos de los grupos barceloneses más inquietos que había en los noventa Beef y Superelvis, tras la marcha de ellos ambos decidieron sumergirse en nuevas tecnologías que seguramente evolucionaban más rápido que la instrumentación rock aún en caso de esas formaciones tan abiertas, el primero através del sampler y el segundo con diferentes técnicas de recombinación y apropiacionismo sonoro que en esos momentos vivía una gran tensión originada desde la actitud de la industria discográfica con demandas a grupos norteamericanos como Culturcide y Negativland o el grupo precedente de KLF Justified Ancients of Mu Mu en Inglaterra, otra partícipe de este ámbito como es Vicky Bennett con su proyecto People like us padecería este acoso en nuestro propio pais con una inesperada visita de un inspector de la SGAE tras su actuación en el Sónar, esta institución supuesta garante de los derechos de autor actuaría en realidad como agente de la industria discográfica y sus acciones bien merecían tácticas de resistencia como fue la creación de Hazard Records cuyo primer punto de su manifiesto no puede ser más claro: "La propiedad intelectual no solo es un robo (como toda propiedad, decía Proudhon), sino un abuso, una vergüenza y una herramienta de censura".
Los comienzos de Hazard Records se ma antojan heroicos, la novedad de las grabadoras de cd permitían una autogestión de duplicación semejante a lo que ocurrió antes con la cassette, aunque su práctica exigía una ilusión y paciencia que tiene sus primeros frutos en los cds de Alfredo Costa Monteiro, Superelvis y Música Veneno, una presentación en la Sala Heliogàbal de Barcelona y nuevos lanzamientos que bien podías encontrar en otro lugar emblemático de la ciudad como era el añorado Marx Bar, su dueño Xavi Marx protagonizará varios lanzamientos del sello que se proyecta desde un lugar emblemático del underground barcelonés o desde un artículo de El País, hoy en día algo impensable. Este empeño pronto tendría una contrariedad al comprobar que muchos cd-r se degradaban con el tiempo, lejos del desánimo se decide explorar el formato de descarga en mp3 convirtiéndose en un netlabel, todavía en esos días las descargas y subidas a la red eran lentas pero por otro lado surgen iniciativas como Internet Archive que permiten una acogida del sello en un inmenso archivo universal de dominio público.
Tras la transformación de Hazard Records como netlabel han surgido en nuestro pais muchos otros, algunos inmediatamente después como Con-v o Alg-a han dejado de operar. Sin duda la inmediatez del medio tanto a nivel de edición como elemento de escucha muchas veces en soportes portátiles es cómodo y a la vez se convierte en un bucle donde muchas veces las composiciones son originadas desde esos medios, especialmente desde laptops. Quizás esta omnipresencia digital sea a veces excesiva para gente de mi generación cuyo feedback de recepción o intercambio a una obra realizada lo encontrabas al abrir la casilla de un apartado de correos en vez de los contadores de descarga o los "me gusta" de rigor. En fin, los tiempos son los que son y hay que reconocer que estos días internet nos ha proporcionado multitud de muestras de audio streaming que nos ha aliviado bastante toda la adversidad circundante. Solo esperar desde aquí que esta sobrecarga de ofertas no impida una escucha atenta a estas tres novedades que presenta Hazard Records y por qué no de otras referencias anteriores que garantizan sorpresas y descubrimientos. Tiempo habrá para celebrarlo.
The Ignotoner, Anton Ignorant y Anki Toner, foto Carmen Milla, 2011
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