martes, 20 de mayo de 2014

LOS RELAMPAGOS Grabaciones en los Estudios Saar de Milan




Uno de los grandes nombres del pop instrumental español, cuyo sonido se podía emparentar perfectamente a otras formaciones como Sputniks o Ventures, realizó durante 1966 en los Estudios Saar de Milan algunos de sus temas más destacados, en las que tendría una presencia especial el uso de los teclados como el clavioline o algunos fondos electrónicos a los que no sería ajeno Ramon Farrán responsable de algunas de sus producciones y todo grabado en 6 pistas, algo que todavía no era muy habitual en esta clase de grupos y que daría nombre a uno de de los dos discos que se editaría de estas sesiones y que contaba con una singular portada en que el vinilo se extraía de su parte central con un precinto con seis cintas de colores además de esta ilustrativa presentación en su interior:

El presente disco de seis pistas de Los Relámpagos, primero que aparece en Europa de tal magnitud, reúne las cualidades de un disco tres veces estereofónico, con presencia de instrumentos en toda su amplitud de seis bandas magnéticas, que permiten escuchar, grabar o modificar cualquier instrumento por sí solo, con toda la expresión que el artista quisiera imprimir a cada nota.

Antes de llegar a las seis bandas magnéticas de grabación, cada sonido ha pasado individualmente por treinta y seis canales de mezcla, bajo la atenta escucha de la dirección musical de Zafiro-Novola y los técnicos especializados en electrónica, que han vigilado constantemente los canales de entrada y salida, los niveles de grabación, las cabezas de cada una de las seis bandas magnéticas así como los filtros de cada entrada que permiten variar las frecuencias, consiguiendo en los instrumentos una modificación de los efectos, registrándose a través de un cerebro todas las alteraciones de cada sonido.




1 comentario:

  1. Los Relámpagos, junto a Los Pekenikes, eran de los pocos grupos españoles que en aquella época de mi preadolescencia escuchaba con deleite (mi pasión era todo lo inglés). Ahora al retornar a oirlos me doy cuenta de que tarareo sin ningún tropiezo ni duda algunas de sus piezas más exquisitas. Junto a un libro de poemas de Juan Eduardo Cirlot y películas de José Val del Omar, para llevarselo todo a una isla desierta y olvidar al mundo.

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