domingo, 30 de junio de 2019

Underground Babilonia, Slash presents... the future




Durante los últimos años hemos asistido a la aparición de un considerable número de libros acerca de los primeros días del génesis punk centrándose en diferentes localizaciones geográficas, la zona de Los Angeles no ha sido excepción y ahora se le puede añadir este libro Underground Babilonia de Ivar Muñoz-Rojas en Ediciones La Felguera que arranca de un singular punto de partida que tuvo lugar hace unos años cuando una amiga del editor Servando Rocha se encuentra en una tienda de Barcelona donde estaba haciendo fotocopias para un fanzine a una mujer inglesa (Philomena Winstanley) que le dice que dispone de gran cantidad de fotos efectuadas en su juventud, posteriormente decide entregarle en una caja de plástico todo este impagable material con la condición de que respetase el espíritu no lucrativo del punk más combativo, con lo que solo se exhibieron en su fanzine Puñalada, algún centro ocupado y ahora en este libro.

El valor en el libro de este material gráfico queda revalorizado por la historia que protagonizan la propia Philomena o Philly como ella quiere que le llamen y su pareja Claude Bessy periodista musical aparte de otras muchas cosas posteriores,  su implicación en la escena punk de Los Angeles marcada por crear junto a Steve Samiof y Melannie Nissen la seminal revista Slash en la que querían plasmar toda esta nueva energía apasionada e irreverente que ya habían captado a través de Kristine Mckenna en LA Weekly. Para la presentación del primer número nada mejor que contar Screamers, sin duda el grupo más novedoso de la zona cuya actuación, imagen y descaro dejan bociabierta a una audiencia entre los que se encuentran Kim Fowley y Rodney Bingenheimer que seguramente reviven los días palpitantes de la English Disco.

El otro punto focal sería la sala de conciertos Masque, por allí pasarían bandas como Weirdos, Deadbeats, Plugz, X, Nervous Gender, Germs o los antes mencionados Screamers todos ellos protagonizarían gran parte de los números de Slash que contaba, aparte de la pluma afilada de Claude Bessy que ahora firmaba como Kickboy Face y que también crea la banda Catholic Discipline, con nuevos colaboradores como el ilustrador Gary Panter, creador de la portada de la recopilación Subterranean Modern o el logo de los Screamers. Sin embargo algunos ya comienzan a considerar a finales de 78 como el punk comienza a banalizarse este es el caso del bajista de Wire Graham Lewis que así le manifiesta a Claude en una visita del grupo. Estos cambios se pueden apreciar en las listas de los discos favoritos de los colaboradores cada vez más arriesgados o en la llegada de nuevas formaciones que ya perfilaban el hardcorepunk algo que desmotivaba a Steve Samiof y también a Philly a quien también le estaba cansando muchas juergas nocturnas interminables y a menudo etílicas a las que era adicto Claude. Finalmente en verano de 1980 aparece el último número de Slash, luego como casi un epílogo el suicidio de Darby Crash cantante de Germs, autodestrucción y juicio final el mismo día que dispararon a Lennon.

La pareja se traslada a Londres donde Claude Bessy encuentra trabajo en el departamento de prensa de Rough Trade, algo que duró poco tras su frustración con su director Geoff Travis cada vez más interesado en las ventas. Poco después Tony Wilson le propone un trabajo como videojockey en el club The Hacienda que alternará con el sello de vídeos Ikon, sin embargo al igual que ocurrió con el éxito de Rough Trade con The Smiths Factory queda deslumbrada con el éxito de New Order y el quehacer de Claude queda de nuevo al margen del negocio musical. Estas contrariedades y el mayor distanciamiento de la música que tiene Philly les hace mudarse de nuevo esta vez a Barcelona motivado en parte por una oferta profesional de ella para una película de animación y por el deseo de Claude de volver de nuevo a una ciudad con mar.

A nivel personal a estas alturas del libro su asentamiento en Barcelona en 1987 me deja asombrado cuando el autor cita como domicilio el Paseo Maragall y nada más instalarse un chico les para en la calle y lo reconoce como Kickboy Face. A buen seguro esta persona no puede ser otra que mi amigo Mario Almonacid quien vivía en esa misma calle y con quien compartía en nuestra etapa de Xeerox un gran entusiasmo de toda esta escena que seguíamos especialmente desde otra revista californiana de semejantes contenidos como era Search&Destroy cuyos posters centrales decoraban gran parte de su habitación.  Vivo en la misma zona y creo reconocer algún bar de barrio donde Claude bebía coñac con los abuelos habituales según narra el libro. Me parece revelador que lo anterior ocurriera a la vez que tenían las visitas de Graham Lewis de Wire quien le propuso participar en un tema o del periodista Jon Savage, los Zeros por su parte la invitaron a cantar en su actuación en la Sala Apolo. Brendan Mullen fundador del club Masque y autor del libro de crónicas "Tenemos una bomba de neutrones" (referencia básica para captar el punk de Los Angeles) daba cuenta en LA Weekly un extracto de una carta remitida por Claude acerca de su traslado a esta ciudad con un ambivalente estado de ánimo: "El clima inglés fue un gran incentivo para salir. Al principio iba a ser Italia, trabajando para un programa de televisión italiano que no llegó (nunca lo hace con los italianos), por lo que fue hasta Barcelona, la perla del Mediterráneo, la ciudad que cree que es el centro del universo,  esta ciudad provincial de mente estrecha con delirios de grandeza, contaminada y modernista, con un millón de motos que ignoran las señales de tráfico, es definitivamente nuestro hogar y nos encanta.."

Su labor como profesor de idiomas le aleja de alguna manera del mundo musical a su llegada a Barcelona aún cuando a través del ex componente de Mars Mark Cunningham que también vivía aquí le pone en contacto con el músico Gat y juntos graban el tema "Déjame solo" incluido en el disco de Raeo Adios Júpiter en el sello G3G que también incluiría dos temas suyos en la recopilación Trying to make it to the end of the century, parte de los poema inéditos suyos que tanto Lydia Lunch como Brendan Mullen a través de Kerry Colonna intentaron rescatar para una posible edición que jamás pudo realizarse pues Claude Bessy moriría en 1999 a los 54 años; Philly a quien teníamos olvidada, aún siendo el origen del libro, se quedaría dos años más en Barcelona hasta que decidió trasladarse a otros países hasta afincarse en la ciudad boliviana de Sucre. Antes se había desecho de material ligado a Claude para liberar de alguna manera su permanente ausencia entre las que se encontraban las fotografías mencionadas al principio.



Philomena Winstanley y Claude Bessy en Santa Mónica en sus primeros días como pareja


 Philly y Claude en dos secuencias del film The declination of the western world


                                     Screamers abriendo el primer número de la revista



De arriba a abajo: The Bags, Nervous Gender, Throbbing Gristle y Pete Shelley fotografiados por Philomena Winstanley.



Eventos anunciados en la revista en los emblemáticos Masque y Whisky a Go Go


Páginas interiores con anuncios de Tuxedomoon, Units , Monitor más Catholic Discipline

                                         Claude Bessy junto a Nicole Panter y Philip K Dick


                                         Ilustraciones de Gary Panter y Blue Leach


Altercados de protesta por la irrupción injustificada de la policía en un concierto en el Elks Lodge






Catholic Discipline - Underground Babylon


Wir-Naked whooping such like. La reencarnación de Wire en los ochenta con Claude Bessy recitando


Claude Bessy junto al grupo Raeo en el tema Déjame solo incluido en su disco Adios Jupiter en G3G

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